Capítulo trece: Fiesta

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No sé, pero me hubiese gustado que mi mamá me dijera que no, que ya tenía suficiente cosas acumuladas por hacer, o que mi papá interviniese y dijera que había cosas más importantes, pero no... Todo lo que obtuve fueron enormes sonrisas, y la frase de mi mamá, que estaba tan alegre que no pudo el contenerse al decirme que se alegraba que me estuviera "relacionando" con el resto del mundo... Especialmente con Max.

Ahora estoy sentada en la orilla de mi cama, con la vista fija en mi closet cerrado, pensando que debe ser lo apropiado que debo llevarme para una fiesta en el vecindario.

¿Debo usar un vestido? ¿Una camisa un poco ajustada? ¿Jeans? ¿Tacones? ¿Debo arreglarme demasiado el cabello? ¿Debería usar maquillaje? 

Alá, dame una ayuda por aquí... Porque soy tan nula en todo esto que estoy rayando lo patético.

Con un valor que no sé de dónde ha salido, me pongo de pie y camino hasta mi closet, cuando abro lentamente las puertas y veo tanta ropa enseguida pienso que no tengo nada que ponerme.... Mejor dicho, nada adecuado para la situación.

¿Debería llamar a Jay? Él ha estado en tantas fiestas que sabrá que decirme... Pero, ¿Qué tan patético sería eso? ¿Cuán bajo puedo llegar a caer?

Lentamente paso una mano por mi cabello aún húmedo por la ducha de hace algunos minutos. Chasqueando los dientes, demasiado frustrada de estar dándole importancia a cosas tan insignificantes e idiotas, doy un paso decidido y comienzo a hurgar entre mis jeans, buscando uno que sea un poco ajustado.

Finalmente encuentro uno negro, lo lanzo por encima de mi hombro, esperando que aterrice en cualquier lugar de la cama, sigo buscando, tratando de encontrar una camisa que haga juego, pero me encuentro buscando en una pila de sweaters demasiado grandes y se me es un poco complicado.

Luego de lo que pareció una eternidad logré encontrar una camisa blanca, parece un poco grande, pero fue lo mejor que pude encontrar, agarro mis vans vinotinto y comienzo a vestirme un poco apurada. Cuando he terminado camino hasta el espejo y comienzo a hacer muecas, la camisa se transparenta un poco en mi sostén negro, y si hago movimientos demasiado bruscos, puedo hacer que se baje hasta hacer notar un escote, que ni siquiera sabía que podía hacer que mis senos se vieran tan grandes…

Pisando sobre la punta de mis medias, camino hasta la habitación de mi mamá, hurgo en sus gavetas hasta ver lo que buscaba: el lápiz labial rojo.

Lo pienso bien, ¿No será demasiado?  

Aplico un poco y lo esparzo con mis dedos, logrando una extraña tonalidad de rosado, vuelvo a verme en el espejo y me pregunto una vez más si esto no será demasiado... Ni siquiera sé cómo se supone que debería estar. Maldiciendo todo, vuelvo a guardar el lápiz labial en el cajón de maquillaje de mi mamá, y camino de nuevo con cuidado, cerrando la puerta detrás de mí.

Escucho el sonido de una corneta y me paralizo en el medio del pasillo.

— ¡Sky! —grita mi mamá después de escuchar la puerta abrirse— Max y Ale vinieron a buscarte.

— Voy —grito en respuesta.

Comienzo a correr por el pasillo y entro apresurada a mi habitación, la cruzo con intención de ir hasta mi peinadora y ponerme algo de perfume, pero mis pies se enredan en la ropa que cayó al piso mientras buscaba que ponerme y termino enterrando mi cara en el piso, haciendo un horrible sonido, algo nerviosa y adolorida, comienzo a arrastrarme por el piso, como si estuviera en uno de esos entrenamientos militares y tienes que arrastrarte por el lodo.

Llego hasta mi peinadora y me veo en el espejo, mi cabello está un poco desordenado y mi mejilla algo roja por el golpe, cojo la primera botella de perfume y la aplico por mi cuerpo y encima de mi ropa, desconecto mi teléfono del cargador y salgo corriendo, ésta vez saltando la ropa que está en el piso y agarrándome fuertemente de la baranda mientras bajo las escaleras.

Diferentes [D#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora