Capítulo ocho: Halagado

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Hoy es uno de esos pocos días en donde sale hoy, y también uno de los días contandos en donde no estoy utilizando un sweater dos veces mi talla, pero al igual que ayer, hoy estoy encerrada en mi auto, esperando ver pasar a mi mejor amiga o a su hermano, alguien que camine conmigo a través de esas enormes puertas, en donde se encuentran las arpias, y personalmente, preferiria que fuera Jay, porque primero que todo es un chico, y sé que me defendería, y segundo, sé que más de una de ese grupo se muere por él, lo que provocaría que sus comentarios metiendose conmigo, queden olvidados en su diminuto cerebro

Como si Alá estuviera escuchando mis plegarias, Jay aparece en mi campo visual, enseguida agarro todas mis cosas y salgo de mi auto como si estuviera llegando tarde a una reunión de emergencia o algo parecido, él voltea a verme cuando escucha el portazo que doy, me apresuro hasta llegar a él, Jay me sonríe de medio lado y cambia su peso al otro pie, mirandome algo interesado, mientras yo trato de arreglar mi cabello

— Sky —me saluda en tono divertido, sus ojos azules están recorriendo cada centimetro de mi cuerpo—, es raro verte sin un sweater

— ¿Gracias? —digo al momentode recuperar el aliento y trato de sonreirle

Jay suleta una risa baja y agarra el libro que tengo debajo de mi brazo, le sonrío por el gesto

— ¿Cómo está tu neriz?

Inmediatamente me llevo la mano a mi nariz, ella está bien, claro, ayer fue un duro golpe, pero todo está normal, como respuesta me encojo de hombros y él asiente antes de empezar a caminar, yo me apresuro para seguirle el paso y comienzo a revolver cada parte de mi cerebro, pensando que conversación hacer con él, para estar distraida y no fijarme en todos los ojos que están en mi, o en el brazo de Jay, que no sé realmetne en que momento lo colocó por encima de mis hombros

— Así que... ¿A qué universidad piensas ir? —pregunto distraidamente, mirando la punta de mis zapatos

— Aún no lo sé, ni siquiera estoy seguro de lo que pienso estudiar... Es decir, toda tu vida crees que lo sabes, y dices tantas veces "cuando sea grande quisier ser...", pero entonces eres grande y tienes que postular a la universidad... Y te sientes algo perdido, realmente no sabes que hacer con tu vida. Pero supongo que para ti es algo fácil, tendrá algo que ver con el cine, ¿No es así?

— Uhm —respondo algo distraida—, la verdad es que no... Creo que ya he tenido suficiente de eso 

Él se queda en silencio y caminamos por todo el estacionamiento sin decir una palabra, cuando logro visualizar las puertas y las personas sentadas en las escaleras, riendose demasiado exagerado y cuchicheando entre ellos mismos, comienzo a ponerme algo nerviosa y digo lo primero que se me viene a la cabeza

— Oye... Hay un chico —comienzo a decir, sin pensar realmente— y él es agradable

— ¿Te gusta?

— No —me apresuro a decir—, pero él me pidio el número de tu hermana, —estamos a dos pasos de las escaleras y las risas cesan— y no quise darselo —siento los ojos azules de Jay clavados en mi—, es decir, él me agrada. Pero...

— ¿Quién? —me interrumpe, y habla por encima de los susurros, trago grueso. Ahora estoy más nerviosa que antes

Comienzo a caminar un poco rápido, así el pueda seguirme, pero de reojo veo que Max está sentado junto a Roxanna. Sigo caminando como si no hubiera visto nada, una vez pasadas las puertas, noto que Jay me está mirando un poco molesto

— Yo confío en que tu no vas a dejar que ningún idiota se acerce a mi hermana menor, ¿verdad?

Asiento y él suspira lentamente

Diferentes [D#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora