Capítulo 17: Cortocircuito

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Capítulo XVII

CORTOCIRCUITO

A pesar de las muchas advertencias y negaciones de Jack sobre la idea de quedarse en Nautigh, finalmente la mayoría del grupo estaba de acuerdo en pasar el día en la isla veraniega, a lo cual el mago no tuvo más remedio que aceptar. Así era la sociedad democrática, y tenía que cumplir igual que los demás. Por otro lado, lo compensaba el encuentro con su mayo ídolo Alejandro, al cual llevaba toda su vida queriendo encontrar algún día.

Jack deseaba que el mago legendario le enseñara algunas de las técnicas mágicas más poderosas, y pensaba decírselo hasta que oyó de él mismo que sólo iba a estar en Nautigh un día. Supo que en un par de horas no se aprende una nueva técnica, y sabiendo además que Alejandro iba a estar allí de descanso, tampoco podía hacerle semejante petición para arruinarle las mini vacaciones. De modo que se ahorró la pregunta y suspiró deprimido.

Alejandro les había animado a pasar el día en Nautigh, y los demás no dudaron en hacerle caso. Habían caminado mucho los días anteriores, y estaban cansados de tanto andar. Sabían que un día de descanso a la orilla del mar les sentaría bien, y se recuperarían para volver a seguir su camino al sur. Por supuesto, y tal y como les había dicho Jack, no le revelaron ningún secreto al mago famoso. No sabían en quién podían confiar y en quién no, y ante la duda mejor no decir nada a nadie de quiénes eran realmente los miembros del grupo.

Era aún de mañana, no había llegado el mediodía, así que con los nuevos planes en mente, tenían que organizarse el día. La idea principal era irse todos a la playa, tal y como había dicho Cristal. Sin embargo Jack no tenía ganas, y Alejandro le propuso que fuera a la fiesta del pueblo. Precisamente habían llegado en el momento adecuado, ya que durante los próximos siete días se celebraba la semana cultural de Nautigh, en honor al guardián que protegía la ciudad. Por ello muchos comerciantes aprovechaban la ocasión para instalarse en la isla y ofrecer sus productos a los turistas que visitaban la ciudad.

Al principio Jack no parecía muy convencido, pero el Alejandro logró convencerlo para que se animara a participar en el festival. Viendo que los demás querían ir a la playa, y que por lo tanto el mago iba a estar sólo, Marina decidió acompañarle para animarlo en la fiesta. Junto a ellos se unió también el capitán Mulock, quién también quería disfrutar de las fiestas típicas de la ciudad, y que pocas veces podía disfrutar de las mismas.

El pequeño Oliver se unió al grupo de playa, junto a Cristal, Rex, Erika y Eduardo. La princesa no tenía problemas con la vestimenta porque llevaba varios conjuntos de bikinis en su mochila. Oliver por su parte llevaba puesto el bañador de su casa, y Rex no necesitaba ninguna prenda para meterse en el mar. Sin embargo, Eduardo y Erika lo habían dejado todo en la Tierra, de modo que no tenían nada para ponerse. La chica con coletas no dudó en ofrecerle a su amiga uno de los bikinis que tenía en su mochila, a lo que Erika agradeció y aceptó el gesto. Luego miró a Eduardo y le dijo con burla:

- ¿Qué? ¿Tú también quieres un bikini?

- ¡No digas tonterías!- exclamó el joven- ¡Bastante hice ya disfrazándome de chica en Mugget...no pienso ponerme un bikini!

- ¡Pero si estabas guapa con aquel vestido rojo!- rió Erika- ¡Parecía hecho a tu medida!

Los demás soltaron carcajadas y comenzaron a reírse, mientras Eduardo se ponía colorado de vergüenza. Enseguida exclamó:

- ¡Vale ya...un poco de compasión, por favor!

- ¡Está bien, está bien...!- dijo Cristal, tratando de parar de reír- Veamos...habrá que ir a comprar un bañador para ti...no creo que sea muy caro.

Final Fantasy: Memories of a PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora