Capítulo 20: Batalla entre generaciones

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Capítulo XX

BATALLA ENTRE GENERACIONES

Helio caminaba tranquilamente por un oscuro y siniestro pasillo, iluminado únicamente por unas pocas antorchas situadas a ambos lados de las paredes. No le hacía mucha gracia tener que comunicar aquel mensaje, pero dada la situación y con los demás miembros de negro ocupados haciendo otras cosas de importancia, él era el único disponible para hacerlo.

Con firmeza abrió una gran puerta tétrica rodeada de siniestras gárgolas de piedra a ambos lados de la entrada, y se aventuró en su interior cerrándose estas tras de sí:

- Señor, tengo noticias- comunicó seriamente mientras caminaba hacia el frente- Por desgracia, malas.

Tras situarse en el centro de la estancia, unos ojos diabólicos brillando en rojo se abrieron en la oscuridad del trono, con gesto amenazante:

- ¿Qué ocurre ahora?- preguntó la sombra en tono molesto.

- Se trata de Lectro, señor...- respondió Helio, con un hilo de voz en sus palabras- Él...ha muerto.

Helio conocía de sobra, al igual que el resto, la reacción de su superior ante mensajes negativos sobre él y sus integrantes de negro. Cuando su jefe se enfadaba, todos los miembros de la organización le tenían mucho más respeto, llegando a temer incluso por sus vidas. Cerró los ojos cuando la voz de ultratumba perdió la compostura y gritó furiosa:

- ¿¡Qué!?

- Lo que oye, señor...- repitió Helio- Recibimos la confirmación de las sospechas hace apenas unos momentos, ya que hace horas que no sentimos su aura mágica, y tampoco da señales de vida. Él...ha desaparecido de Nautigh, señor...yo...

El hombre de negro no terminó de hablar porque en ese preciso momento algo invisible lo inmovilizó. Helio se horrorizó al ver cómo una afilada lanza de oscuridad se formaba frente a él, y lentamente empezaba a hundirse en su pecho:

- ¿¡Quién lo hizo!?- gritó enfurecida la sombra- ¡¡Habla!!

Helio gritaba de dolor mientras su sangre brotaba del pecho. La punta afilada de la lanza de oscuridad le producía una herida cada vez más profunda:

- ¡¡No lo sé, señor!!

El arma oscura adquiría cada vez más fuerza y le atravesaba poco a poco. Helio comenzaba a pensar que aquel sería su final, y gritaba más fuerte:

- ¡¡Dilo!!- ordenó la sombra desde el trono.

A duras penas, Helio logró con esfuerzo pronunciar unas palabras:

- Me con...taron...que...fueron...los elegidos...y sus...guardianes...

La punta de la lanza paró de repente, y se separó del cuerpo de Helio. El hombre de negro respiró entrecortadamente mientras el sudor caía por su frente. Aliviado, se llevó la mano al pecho cubierto de sangre. Por suerte, la lanza no había afectado a ningún punto vital:

- Gracias...señor...- dijo con esfuerzo Helio.

La sombra consiguió retener su ira, y poco a poco trató de calmarse. Era la primera vez que un integrante de negro caía a manos de un enemigo. Cuando estuvo lo suficientemente relajado, suspiró y dijo con indiferencia:

- Lectro... ¿Cómo ha podido un miembro de la organización ser derrotado por unos mocosos?

La sombra meditaba esta cuestión mientras Magno hacía acto de presencia a través de un agujero oscuro. El líder y Helio fijaron su atención en él:

Final Fantasy: Memories of a PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora