Capítulo 49: Más allá del límite

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Capítulo XLIX

MÁS ALLÁ DEL LÍMITE

El grupo seguía corriendo por los intrincados pasillos oscuros, únicamente iluminados por antorchas a ambos lados en las paredes, y guiados por Ray encabezando la marcha. Ya habían superado dos de las pruebas que les había puesto el dios oscuro en su camino, y el chico de negro afirmaba con total seguridad que la siguiente sería la tercera y última prueba: el último obstáculo antes de la batalla final contra Derriper.


A medio camino desde que abandonaron la sala ardiendo en llamas, el chico de rojo empezó a recobrar la conciencia de sí mismo. El agitado movimiento de sus amigos corriendo sin parar, y estando a la espalda de Jack, le hizo abrir poco a poco los ojos. Pronunció débilmente diciendo, con la mirada entreabierta:

- Chi...chicos...yo...

El mago oyó en voz baja el sonido de la voz de su compañero, a sus espaldas, y se detuvo de repente al descubrir que ya había despertado. El resto del grupo hizo lo mismo y se acercaron a Jack, mientras el joven poco a poco iba recuperando la conciencia y se despertaba:

- ¡Eduardo, menos mal que estás bien!- exclamó Rex, con una amplia sonrisa de alivio y alegría.

- ¡Pensábamos que no saldrías de ésta!- añadió Alana- ¡Casi no lo cuentas!

Al contrario que ellos, Cristal bromeó diciendo, con una media sonrisa burlona:

- Se ve que lo disfrutas, ¿eh, chaval? Tú durmiendo y nosotros cargando contigo- dijo la princesa con coletas- Te parecerá bonito, ¿no?


Eduardo miró a todos y cada uno de sus compañeros, y se alegró de que estuvieran bien. Sin embargo, el chico no se sorprendió de verdad hasta que vio a una persona especial junto a las demás: alguien que no esperaba para nada:

- ¡¡E...Erika!!- exclamó de repente el joven, con los ojos y la boca abierta- ¿¡Qué...qué haces tú aquí!? ¡¡Creía que...que tú habías...!!

- ¿Muerto...verdad?- terminó la frase ella, que luego explicó diciendo, con una media sonrisa- Bahamut me protegió de la espada y de sus efectos, al igual que de la explosión que tú causaste- y añadió- De no ser por él, seguramente ahora no estaría aquí. En realidad es una gran suerte llevar una invocación encima.


El chico se fijó en algunas de las palabras que pronunció la joven, y en ese momento recordó el reciente combate contra su enemigo de negro. Algunos de los instantes de la batalla contra el comandante de pelo rojo pasaron fugazmente por su memoria: cuando aún permanecía en su forma humana.

Sin embargo, tras ver con sus propios ojos cómo Erika recibía la espada de fuego, le atravesaba el pecho y caía herida al suelo, no conseguía recordar nada más del combate, por mucho que lo intentara:

- ¿Qué...qué ha pasado?- preguntó Eduardo, confuso y sin recordar nada- ¿Qué ha sido de Magno?

- Acabaste con él, después de una dura pelea- respondió Ray- ¿De verdad no recuerdas nada de lo que ha pasado?

El chico negó con la cabeza. A juzgar por la expresión confusa de su rostro, parecía bastante claro que no se acordaba de nada:

- ¡¡No me lo creo!! ¿¡Cómo es posible que no te acuerdes de nada!?- exclamó Cristal, perpleja- ¡¡Chaval, has estado increíble...sobre todo después de transformarte y de darle esa tremenda paliza a Magno!!

Desde ese instante la princesa echó a perder el plan que habían acordado todos de no decirle nada al joven. La chica con coletas solía ser así de inteligente, y también era especial en las ocasiones más oportunas:

Final Fantasy: Memories of a PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora