Capítulo 19: El Templo Sagrado

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Capítulo XIX

EL TEMPLO SAGRADO

El resto del grupo ayudó a Jack a levantarse del suelo, aún un poco mareado. A pesar de la magia curativa que habían empleado para sanar su herida mortal, su cuerpo todavía necesitaba descansar para estar plenamente en forma:

- ¡Marina, has estado increíble!- exclamó Eduardo- ¡De no ser por ti, ahora no estaríamos aquí! ¡Eres una auténtica heroína!

La maga sujetaba a Jack para que no cayera mientras él trataba de no tambalearse de un lado a otro. Marina sonrió diciendo:

- Puede que yo haya acabado con Lectro- luego miró el objeto esférico amarillo que llevaba colgando del cuello- Pero el verdadero héroe es Quetzal. Él ha salvado Nautigh.

El grupo contempló a su alrededor el paraje ruinoso y desértico de la ciudad. La que era la paradisiaca isla veraniega se había convertido en un montón de ruinas y destrozos inhabitables, sin ninguna casa o construcción en pie. A excepción de ellos, nada había sobrevivido al tremendo ataque del G.F. Parecía mentira que aquel lugar fuera no hace mucho uno de los mayores destinos turísticos de Limaria:

- La ciudad ha quedado destruida...- comentó Erika, perpleja- Ahora es irreconocible...

- Es el precio por la supervivencia- dijo Alejandro, que suspiró apenado al ver en aquel estado el paraíso que siempre recordaba- Esto es lo que deja la guerra tras su paso, y que nos enseña las horribles consecuencias de la lucha...y del poder de los G.F.

Al pronunciar aquellas palabras, Jack recordó un importante asunto del combate contra Lectro que había olvidado tratar. El mago se dirigió a la chica que lo sujetaba y le preguntó, confuso y perplejo a la vez:

- Marina... ¿Cómo pudiste invocar a Quetzal?

- Te parecerá raro, pero...no fui yo...- respondió ella, sonriendo- Simplemente apareció ante mí, y justo en el momento en que estaba a punto de morir...notaba su poder y aura mágica en mi interior a lo largo del combate...y sentía que me daba fuerzas para seguir luchando.

- ¿Y no sabías que llevabas un guardián de la fuerza encima hasta hoy?- preguntó Rex, asombrado- ¿Cómo conseguiste esa esfera de invocación?

- Tengo esto desde que era un bebé...mi verdadera madre le dijo a Lilian que esta esfera ha pasado de generación en generación por la raza Numu...y que debía proteger y guardar como un tesoro, para que no cayera en malas manos...- respondió Marina, estrechando el objeto en su mano- Mamá decía que esta esfera contenía en su interior un gran poder...pero hasta hoy no sabía a qué se refería exactamente...y ahora ya lo comprendo- sonrió mirando el objeto de invocación.

Enseguida la chica añadió, pensativa:

- Lo que no entiendo es... ¿por qué apareció justo ahora? He estado en peligro en más ocasiones, pero nunca antes me había protegido... ¿A qué se debe eso?

- Quetzal ha debido de sentir tu valor, tu voluntad y deseo de proteger a toda costa a tus seres queridos- respondió Alejandro con una sonrisa- Lo más probable es que durante todos estos años te haya puesto a prueba, para comprobar tu valentía.

Marina lo escuchaba atentamente y se sorprendió al oírle decir:

- Al ver que estabas decidida a superar las dificultades y salvar a tus amigos, ver que habías madurado...él ha debido de sentir tu esfuerzo y valor, y decidió prestarte su fuerza para el combate...porque sentía que tienes un corazón puro, que eres una buena persona.

Final Fantasy: Memories of a PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora