Capítulo 32: Sola ante el peligro

26 3 2
                                    

Capítulo XXXII

SOLA ANTE EL PELIGRO

Jack y Erika se encontraban preparados en su puesto de vigilancia, acompañados del teniente Biggs, y dentro del monumento histórico. Los tres habían llegado hasta su objetivo a través de la red de alcantarillado que había bajo la ciudad, para no ser vistos. Los dos magos dieron las gracias al jefe de la resistencia por acompañarlos, ya que la red de alcantarillado era un inmenso y complejo laberinto, lleno de caminos y callejones sin salida. Incluso con el teniente encabezando el grupo y un mapa de las alcantarillas de Metroya, tardaron casi veinte minutos en recorrer el subsuelo de la ciudad. Estaban seguros de que ambos solos no habrían conseguido llegar nunca bajo tierra.


Camuflado por sus paredes, el interior del monumento histórico tenía varias plantas con escasas ventanas muy bien camufladas. En la última de arriba se encontraba el sistema de poleas que permitía subir y bajar las rejas de acero para casos de emergencia. Jack y Erika habían estudiado detenidamente el estado de aquel sistema, antiguo y lleno de polvo, que probablemente nadie había movido a lo largo de los siglos de la historia. A juzgar por su estado, moverlo no iba a ser nada fácil. Por suerte, tenían al ancho y musculoso teniente Biggs en su equipo, preparado para ayudarlos a bajar las rejas.


Sabían perfectamente que sólo tenían una oportunidad para encerrar a Venigna en aquella gigantesca jaula. Si algo salía mal, aunque fuera un pequeño error, la misión fracasaría, y por ello no podían permitirse ningún error. De ellos y del equipo francotirador dependía el desenlace del tremendo conflicto mundial que estaba a punto de desencadenarse.


Empezaban a notar la ausencia de la princesa, y el sonido de los tambores y trompetas del desfile ahí fuera los ponía cada vez más nerviosos. Faltaba muy poco tiempo para llevar a cabo la misión Arco Triunfo y pasar a la acción:

- ¡Sólo faltan cinco minutos para las ocho y media!- indicó Biggs, alarmante- ¿¡Dónde se ha metido Cristal!?

Mientras Biggs ya no podía evitar morderse las uñas y caminar bastante nervioso de un lado a otro mientras miraba continuamente por las ventanas y el reloj de su muñeca, Jack observaba con unos prismáticos al exterior. No dejaba de mirar la azotea del edificio más cercano, en donde se situaba Alana, preparada con su arma para la acción. Seguía sin señales de sus compañeros francotiradores:

- Eduardo, ¿dónde estás?- dijo Jack en voz baja para sí mismo, completamente nervioso y preocupado- Faltan solo cinco minutos. Me prometiste que volverías antes de la hora fijada. Por favor, no rompas la promesa...


La situación era cada vez peor. No recibían noticias del equipo francotirador. Faltaban pocos minutos para la puesta en marcha de la operación, y los tres comenzaron a sospechar, con miedo, lo evidente:

- Estoy muy preocupada- comentó Erika- ¿Creéis que les habrá pasado algo?

- Han ido directos a la mismísima morada de Venigna- respondió el teniente- Eso ya de por sí es demasiado peligroso. Ninguno de los nuestros ha vuelto con vida para contarlo.

Biggs cogió nuevamente el transmisor de comunicación de su cinturón, y se lo acercó a la boca mientras pulsaba un botón y pronunciaba, nervioso:

- ¡Aquí equipo Arco Triunfo! ¿Me reciben, equipo, equipo francotirador?

En ese momento respondió al otro lado de la línea una voz muy conocida por los dos magos:

- ¡Aquí equipo francotirador!- comunicó Alana desde su transmisor- ¡Le recibo, por aquí todo sigue en orden, cambio!

Final Fantasy: Memories of a PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora