Capítulo XXII
PRIMER PREMIO: LA LIBERTAD
En cuanto los jóvenes vieron a Jack y compañía en la misma situación que ellos, palidecieron y exclamaron de sorpresa. No entendían lo que estaba pasando:
- ¿¡Jack, qué hacéis vosotros aquí!?
El mago los miró, también sorprendido, y luego preguntó enfadado:
- ¡Esa misma pregunta iba a hacer yo! ¿¡Qué hacéis vosotros aquí!? ¿¡No deberíais estar en el hotel!?
Los dos bajaron la cabeza, avergonzados. Habían desobedecido la orden de Jack, y probablemente gracias a eso estaban en aquella celda, encerrados:
- Fuimos a dar una vuelta por el parque...- explicó Erika- Nos aburríamos en el hotel. No creíamos que pasara nada.
- ¡Pues mirad a lo que ha llegado eso!- indicó Jack enfurecido a su alrededor- ¡Ahora estamos todos atrapados! ¡Pensábamos pediros ayuda...antes de que os encerraran con nosotros!
Aquello sorprendió a ambos jóvenes, que avergonzados por sus actos, bajaron la cabeza con pesar. Después de todo, el mago sí los tenía en cuenta a la hora de llevar a cabo las misiones:
- Lo sentimos...
Sin embargo, las disculpas no solucionarían el problema que tenían en aquellos momentos. Jack seguía enfadado por la desobediencia de los jóvenes, y hacía falta mucho más que pedir perdón para salir de su encierro. El mago suspiró derrotado mientras se llevaba una mano a la cara, y a Eduardo le pareció que había calmado un poco su furia. Recordó entonces el objetivo de todo lo planeado horas antes, y el chico preguntó, a modo de romper el silencio:
- ¿Y la piedra angular? Supongo que la habéis conseguido ¿Verdad? ¿Dónde está?
A juzgar por sus malas caras, Eduardo temió que el plan no saliera como estaba planeado. El silencio continuó, presagiando lo desgraciadamente esperado:
- ¿Jack?- preguntó una vez más, temiendo lo peor.
Deseaba que respondiera, que les dijera que todo había salido bien, y que tenían el tan ansiado objeto en sus manos. Sin embargo, sabía que de oír aquello, el mago estaría mintiendo no sólo a los demás, sino a sí mismo. Y la situación no estaba precisamente como para tirar cohetes.
La que respondió en su lugar fue Marina, que tardó unos segundos en pronunciar. A ella y al resto de sus compañeros se les veían abatidos y decepcionados, igual que su líder:
- No conseguimos la piedra.
Eduardo y Erika palidecieron de repente, y exclamaron de sorpresa:
- ¿¡Qué!? ¿¡Pero qué ha pasado!?
- Alguien se nos adelantó y la robó antes que nosotros- explicó Rex.
- ¡¡Espera, espera un momento!!- intervino Erika, perpleja- ¿¡Cómo que la robaron antes que vosotros!? ¡¡No entiendo nada, explicaos mejor!!
Hubo un nuevo silencio incómodo. Jack prosiguió a relatar lo sucedido en la ausencia de los dos jóvenes:
- Al principio todo pareció ir bien. Marina y yo conseguimos atraer la atención de Fortuny quemando una montaña de billetes frente al despacho del dueño de Gold Saucer, y corrió detrás de nosotros junto a su escolta.
Eduardo trataba de imaginarse la escena, y no pudo evitar soltar una carcajada. Desde luego, debió de ser un tremendo escándalo público para Fortuny y los trabajadores del parque, que viven entre monedas y billetes. Se rió por dentro al pensar en la enfurecida faceta del multimillonario siguiendo a los dos magos:
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Final Fantasy: Memories of a Promise
FanfictionTodas las promesas empiezan. Todas las promesas acaban. Solo una vive para siempre en el recuerdo. En un lejano lugar más allá de la imaginación, existe un mundo llamado Limaria: un planeta poblado por personas y criaturas mágicas. Un hermoso cosmos...