Capítulo 37: Amor prohibido

28 3 9
                                    

Capítulo XXXVII

AMOR PROHIBIDO

Habían pasado varios días desde aquel incidente, del cual nadie había vuelto a ser el mismo. La mayoría, entristecidos con el resultado, habían propuesto volver a tras e intentar enmendar el error que podría ser vital para la salvación del mundo. Sin embargo, sólo una persona se oponía a la idea, y parecía decidida a no cumplirla.


Cristal era la única que podía ver las pequeñas lágrimas que Erika intentaba esconder, mientras se secaba los ojos con las manos. El grupo andaba detrás de ella, pues el resto de miembros eran sus guardianes, y debían protegerla de cualquier peligro. Jack trataba de convencerla, a pesar de sus negaciones:

- Erika, sé razonable. Sin los dos elegidos juntos, Limaria y La Tierra no se salvarán de Ludmort.

La chica lo miró, indiferente. Sus ojos ya no tenían el brillo y el resplandor que los caracterizaba. Una mirada fría y apagada se clavó en los ojos del mago como cuchillos afilados:

- Ya lo he repetido varias veces. No voy a volver atrás.

Dio media vuelta y siguió caminando por entre los árboles, a paso rápido. No parecía importarle perder de vista a sus amigos o quedarse sola, como si el resto del mundo no le importara o le diera igual. En aquel estado de ánimo la joven no era la misma de siempre, y sus ojos serios y enfadados parecían indicar que sólo una cosa le importaba en ese momento. Tenía en mente un solo objetivo, hacia el que andaba y quería alcanzar cuanto antes.


Entonces Jack no pudo contenerse más. Ya había aguantado suficiente el mal humor de la chica y su actitud y comportamiento desconsiderado hacia él y el resto del grupo. Desató su enfado y alzó la voz diciendo:

- ¡¡Estoy harto de esto!! ¡¡Estoy harto de que pases de todo y de que trates a los demás de forma tan fría y distante!!

La joven se detuvo en seco, y Jack continuó reprochándola, enfadado:

- ¿¡Es que acaso no te importa el destino de nuestro mundo, de nuestros amigos y de Eduardo!?

Erika dio media vuelta y lo miró, furiosa. Oír aquel nombre no le había hecho ninguna gracia:

- ¡¡No vuelvas a hablarme de él...porque no pienso preocuparme por la persona que me lo arrebató todo!!- gritó, enfadada- ¡¡No quiero volver a ver al asesino de mis padres!!

El resto del grupo palideció cuando la chica anunció, en voz alta y furiosa, para que todos la oyeran:

- ¡¡Voy a casarme con Alejandro y a entregarle mi poder como elegida de la vara mágica!!


Jack y los demás se mostraron tan sorprendidos que no daban crédito a lo que oían. El mago preguntó, atónito:

- ¿¡Te has vuelto loca!? ¿¡Por qué quieres hacer eso!?

La joven respondió fría y seriamente:

- Ya no me importa ni la profecía ni lo que le pase a este mundo. Sólo quiero volver a casa y olvidarme de todo lo que ha pasado. ¡¡Quiero ser una chica corriente y vivir una vida normal!!

El grupo seguía escuchando, perplejo y sorprendido, la declaración de Erika, quien pronunciaba con indiferencia las siguientes palabras:

- La vara mágica se equivocó al elegirme a mí, y por eso voy a enmendar su error. El que debe portar dicha arma sagrada es Alejandro, el único capaz de salvarnos a todos. Si ya lo hizo una vez, estoy segura de que volverá a hacerlo.

Final Fantasy: Memories of a PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora