CAPÍTULO 10.

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Cap dedicado a mi mejores amigas Cande y Belu, que a ellas les gusta la polémica... XD

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Narra Damián:

La ropa resbaló de las manos de René y fue a parar al piso, el causante de su asombro era que yo estaba en ropa interior.

Me miró de arriba abajo y no sé por qué, pero sentía pena que mi mejor amigo me viera en paños menores, así que intenté cubrirme inútilmente.

Él seguía de pie en la puerta del probador, parecía embobado... Y hasta un poco excitado.

Fruncí el ceño y carraspeé, sacudió su cabeza sobresaltado y se agachó a juntar los pantalones que dejó caer.

Al incorporarse, vi que sus mejillas estaban ruborizadas y sus ojos vidriosos.

-Yo... Eh... Lo siento –Se encogió de hombros-

-No, tranquilo –Tomé uno de los jeans y cerré la cortina-

Dios mío, mi respiración era irregular y miré mi reflejo.

¿Por qué estoy excitado?... Mi respiración era irregular, sentía un calor en la ingle, creo que voy a tener una erección en cualquier momento.

Genial, simplemente genial.

Resoplé y decidí probarme el pantalón.

Una pierna, luego la otra, jalón hacia arriba... ¡Listo! Esto me quedaba bien.

-¿Qué tal? –Entreabrí la cortina del probador- ¿René?

Mi amigo estaba distraído viendo a un chico de rizos dorados que estaba siendo atendido por una pelirroja.

Inconscientemente, se mordía el labio inferior y suspiraba.

-¡René! –Llamé su atención-

-Eh... Sí, si... Aún sigo aquí –Se volteó nervioso-

-¿Qué tanto mirabas a ese chico? –Murmuré-

-Yo no lo estaba viendo –Frunció el ceño y sonrió vacilante- Ese te queda bien...

Tragué saliva, me sentí raro al escuchar eso... Respiré hondo y lo miré, descubrí sus ojos viendo los míos. Nos quedamos parados como idiotas viéndonos...

-¿Y? –La chica rubia se acercó- Pareces todo un galán.

Sonreí a medias sin apartar la mirada de mi mejor amigo.

¿Qué me pasaba? No podía dejar de mirarlo.

Narra René.

Tenía ganas de abalanzarme sobre él y abrazarlo hasta cortarle la respiración. Me gustaba mucho, muchísimo...

Relamí mis labios. Ese jean se ajustaba perfectamente a su cadera y le quedaba de 10 para 11.

La chica tomó el pantalón, la camisa y la chaqueta, los llevó a la caja para cobrarlos después. Ahora me tocaba a mí.

Tomé la camisa y entré al probador, me quité mi remera y...

-Yo te ayudo –Damián entró-

-¿Qué haces? –Pregunté sorprendido y avergonzado a la vez-

-Devolviéndote el favor –Sonrió-

-No, puedo solo –Intenté empujarlo pero mi amigo era una masa de músculos-

-René –Me miró mal- Te voy a ayudar, no a violar...

*Eso es lo quiero*

Dirigió sus manos a los botones de la camisa, mi piel se erizó cuando su nudillo rozó mi pecho.

Eché la cabeza hacia atrás para respirar, el espacio era reducido allí dentro y Damián tan cerca.

Él levantó la mirada y yo me perdí en sus ojos chocolate.

-Estás en forma ¿Eh? –Palmeó amistosamente mi abdomen-

Quizá mi cuerpo no era TAN musculado como el suyo pero yo también tenía lo mío.

Hacía ejercicio siempre y los resultados comenzaron a manifestarse en mi torso y espalda.

Se acercó un poco más, entreabrí los labios.

-Botón rebelde –Refunfuñó luchando por abrocharlo-

Cerré los ojos con fuerza, rezando para que no se percatara de mi erección.

Pero como dije una vez y lo sostengo; la vida me odia...

Le faltaban sólo dos botones para acabar, llegó al anteúltimo y alzó las cejas, luego parpadeó y se retiró atropellado la madera de la pared a su espalda.

-¡René por Dios santo! –Miraba horrorizado mi entrepierna-

Me acerqué a él, lo tomé de la nunca y atraje su rostro al mío pegando nuestros labios.

Un beso corto, pero caliente. Sentí que el cuerpo de Damián se tensó y no era precisamente de placer...

Me empujó separándonos y me propinó un puñetazo con toda la fuerza que tenía.

Caí fuera del probador y echando sangre de mi labio partido me arrastré lejos de él.

-Lo siento, Damián lo siento –Las lágrimas abandonaron mis ojos al ver su reacción, como si tuviera asco-

-¡Maldito! –Gritó llamando la atención de la gente- ¿¡Que te pasa!?

-¡Me pasa que soy homosexual! –Exclamé llorando- Eso me pasa...

Su rostro perdió el color y se apoyó por un estante de zapatos que tenía a su lado.

-¿Homosexual? ¿Tú? –Estaba atónito y me miraba como si fuera cosa de otro mundo-

-Sí Damián –Asentí sorbiendo mi nariz- Soy homosexual y no me avergüenzo –Levanté la cabeza con orgullo-

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