Narra Damián:
-¡No es cierto! –Exclamó mi madre cubriéndose la boca con las manos-
Yo miraba fijamente a la nada, Jake había muerto. Tenía leucemia, cáncer en la sangre y nunca lo detectaron.
Mi primo de tan sólo 16 años se había ido para siempre. Sentí mis ojos humedecerse por la lágrimas, lo iba a extrañar mucho.
Estos últimos días la pasamos genial y se lo veía tan feliz.
Narra René:
Levanté mi puño para golpear la puerta pero me detuve, mi estómago se retorció y tragué saliva, dejé caer mi mano, me volteé y respiré hondo.
¿Qué pasaba si, por ejemplo, veía que era yo y no me habría la puerta? ¿Debería impresionarme o, acaso, sentirme herido?
Fruncí el ceño, Evangelina Laxé podía ser una madre MUY sobreprotectora, pero no una mujer rencorosa.
Junté todo mi valor y me volví hacia la puerta, la golpeé y ésta se abrió.
Mi madre apareció ante mí, demacrada, con ojeras y vestida de negro.
La miré detenidamente, poco quedaba de aquella ama de casa alegre y hermosa.
-Emm...Hola mamá –Sonreí-
Ella sólo me miraba fijamente, como si no creyera que me encontraba frente a su persona.
-¿René? –Su voz sonó aguda y levantó su mano-
Cerré los ojos y desvié el rostro al pensar que me iba a abofetear, pero al contrario, acarició mi mejilla con una infinita ternura que me hizo arrepentirme de todo el daño que le había causado.
Volví a mirarla y mi madre sonreía, estaba sonriendo y eso me causaba gran emoción.
Sin pensarlo dos veces, me abalancé a sus brazos y no tardó en estrujarme contra su corazón.
Respiré profundamente e inhale su perfume, sentí las lágrimas quemar mis ojos y las dejé salir, empapándome las mejillas.
-Perdóname –Dije sin aire- Estoy muy arrepentido...
-Shsh –Acarició mi cabello- No digas más.
Cerré la boca rápidamente.
MOMENTOS DESPUÉS...
Entré en mi habitación, estaba tan cual como la había dejado hace 2 meses, sonreí.
Si yo hubiera sido mi madre, habría tirado gasolina por cada rincón y arrojado un fósforo encendida para que todo fuera consumido por el fuego.
Dejé mi mochila sobre la cama y fui al baño, me miré en el espejo y peiné un poco mi cabello.
Suspiré y salí de mi cuarto, miré la hora en mi celular, eran casi las 11:45 a.m.
En ese momento, el móvil comenzó a sonar y atendí la llamada.
-¿Si? –Me senté en el sillón del living-
-René... -La voz de Damián me dio un vuelco al corazón-
-¿Damián? ¿Qué sucede?
-Es Jake... Está... M.... –Se atragantó con las lágrimas-
-A ver, tranquilo mi amor, ¿Qué le pasó a Jake?
*¿Le dije "mi amor"?*
*Pues él no se dio cuenta*
*Menos mal*
-René... Murió Jake –Sollozó- Se murió mi primo...René...
Abrí los ojos como platos y cubrí mi boca con la mano libre.
*¿Jake muerto?*
Narra Damián:
Apenas podía sostener el celular en mi mano, temblaba tanto que estaba a punto de desmayarme.
Me apoyé en el lavabo del baño y descansé mi frente en el espejo mientras hablaba con René.
Su voz me tranquilizaba, además, me había dicho "mi amor". Eso me había provocado un estremecimiento y deseé tanto poder escucharlo en persona. Sentir sus brazos rodeándome y su cálida voz en mi oído dándome palabras de aliento.
Sorbí mi nariz, lo necesitaba tanto.
-¿Damián? –Preguntó alarmado cuando no le contesté-
-Aún sigo aquí.
-¿En qué hospital están?
EDICIÓN ESPECIAL...
Narra Gerónimo:
Rápidamente llegó el mediodía, yo deambulaba por toda la casa sin entender nada, el repentino cambio de mi mellizo y su odio hacia René.
Me senté en el sofá, relajé mi cuerpo y cerré los ojos.
*Maldito Rafael*
Tenía ganas de golpear a mi hermano, es muy impulsivo y dice cosas sin pensar, no creo que de un día para el otro haya cambiado de sentimientos.
Sacudí la cabeza, pobre René. Mi mellizo siempre ha sido un bravucón pero esta vez se pasó.
FIN DE EDICIÓN ESPECIAL...
ESTÁS LEYENDO
Me Gustas Así
Teen FictionRené Castillo era un chico de 17 años, estudiante aplicado e hijo ejemplar, pero detrás de esa fachada de niño bueno había un gran secreto. Era homosexual. No se avergonzaba de su orientación, pero tampoco podía andar gritándola a los cuatro vientos...