Me Gustas Así

CAPÍTULO 52.

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Narra René:

A la mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza, fui al baño y decidí darme una ducha.

Mientras dejaba caer el agua por mi cuerpo trataba de no pensar en la decisión de Damián.

Alejarme de él significaba morir en vida, sus padres jamás permitirían visitarlo, me odiaban.

Me recosté en el frío azulejo y cerré los ojos.

Narra Damián:

Quería correr a los brazos de René y decirle lo que sentía, pero tenía miedo de su reacción, necesitaba expresarle mis dudas con respecto a mi sexualidad.

Escuchaba el agua que caía en el baño, tanteé la puerta y no tenía seguro, entré y lo vi a través de la cortina.

Lentamente y, sin hacer ruido, me fui desvistiendo. Cuando terminé, me acerqué a la ducha y corrí la cortina.

René gritó asustado y al ver que era yo se sonrojó, intenté sonreír para tranquilizarlo.

-¿Qué haces?

-Quiero ducharme contigo -Antes de que contestara cerré la cortina y quedamos juntos bajo el chorro de agua tibia-

-Damián -Me miró a los ojos-

-Escucha, no preguntes nada -Tomé el jabón- Sólo déjame hablar...

Comencé a contarle todo lo que sentía en mi corazón, él asentía y cerraba los ojos ante confirmaciones dolorosas, mis dudas, por ejemplo.

A veces, ser sincero no es fácil, pero callar es peor. Tragarse las emociones para no dañar a alguien, eso es amor, aunque también signifique el dolor del alma.

Casi toda mi adolescencia, prácticamente, desde los 14 años, mi vida había sido fiestas y chicas, nunca amé a nadie.

René es lo más cercano a "pareja" que tengo ahora.

Enjaboné su espalda, mis manos subían y bajaban por su piel, él apoyó la frente en el azulejo de la pared y suspiró.

-Si quieres irte, hazlo -Su voz se quebró- No te voy a detener...

Tragué saliva, esto era lo que quería evitar, hacerlo sufrir. Necesitaba despejarme, cuando se me instalaba una duda en la cabeza me era muy difícil sobrellevarla, para eso, requiero alejarme un tiempo.

Lo tomé suavemente del brazo y lo obligué a mirarme, sus ojos claros se veían tristes y sentí un vuelco en el corazón.

-René -Acaricié su mejilla- Sabes que te quiero mucho, eres como mi hermanito...

-¿Ves? Yo sabía que no era amor, lo tuyo hacia mí nunca fue amor, Damián -Frunció el ceño-

-Me gustas, lo admito -Exclamé molesto- Me atraes, cuando estoy contigo es...

-Sexo, pasión y gemidos -Resopló- Quizás SI estás confundido, posiblemente, sólo querías probar algo nuevo.

-Te dije que me gustas.

-No te creo, basta -Cerró el grifo de la ducha y tomó una toalla-

Salió del baño, yo también envolví una toalla a mi cadera y lo seguí.

-¿Qué? ¿Ahora todo es mi culpa?

-Si -Se volteó y sus ojos relampagueaban- Porque yo estoy seguro de mis sentimientos y no soy un dudoso como tú.