EDICIÓN ESPECIAL:
Narra Gerónimo:
Escuché unos golpes en la puerta de mi cuarto y la voz de Rafael diciéndome que saliera. Cerré los ojos con fuerza y me tapé los oídos con las manos.
Había cerrado la ventana y apagado la luz, quería estar solo, necesitaba alejarme del mundo exterior.
Me senté en el suelo y apoyé mi cabeza en el borde de la cama, junté mis rodillas y las acerqué a mi pecho. Así, hecho un bollito, me quedé quieto, hasta que ya no oí nada más.
Luego de varios minutos en silencio, destapé mis oídos y suspiré.
Narra Rafael:
Caminaba impaciente por el pasillo, me iba y luego volvía, pasando frente al cuarto de mi hermano.
Había transcurrido 15 días de la muerte de Jake Zamora, de quién mi mellizo estaba enamorado, y la situación aquí es desesperante.
Gerónimo no sale de su habitación, no come ni me responde cuando lo llamo, a veces, vengo con la intención de darle una patada a la puerta y derribarla, pero entiendo que quiera estar solo.
Revolví mi cabello y resoplé molesto.
-Gerónimo –Golpeé la puerta- Por favor, sal de ahí. Estar encerrado no te hará nada bien...
Escuché como se quebraba un cristal y mi corazón se aceleró.
-Hermano, ¿Qué fue eso?
-Estoy bien –Su voz sonó débil y ronca-
Hacía días que no lo escuchaba hablar y me tranquilicé al saber que aún estaba vivo.
El picaporte de la puerta giró y ésta se abrió lentamente, por una fija rendija vi los ojos celestes de Gerónimo que se asomaron y los cerró un poco por la luz del pasillo.
Tanto tiempo en la oscuridad, encerrado y solo, posiblemente ya ni siquiera recuerde lo que es la luz.
Carraspeé y traté de hablar lo más calmadamente posible.
-¿Por qué no comes algo y salimos afuera? –Hice un intento de sonrisa- La última vez que comiste fue hace casi tres días y, además, el aire fresco te hará bien.
-No tengo apetito.
-Tienes que comer.
-No puedes obligarme –Intentó cerrar la puerta pero la trabé con mi pie-
-Basta Gerónimo –Gruñí- Entiendo que la muerte de Jake te haya afectado, pero escúchame, la vida continúa y encontrarás a alguien que te quiera...
-Ese alguien era él –Sus ojos se aguaron y se me encogió el corazón- Nunca volveré a amar, nadie despertará los sentimientos que Jake provocaba en mí –Unas lágrimas rodaron por sus mejillas y se apartó el cabello del rostro- Déjame en paz Rafael, quiero estar solo.
Negué con la cabeza, no podía dejarlo así. Empujé la puerta y Gerónimo me cedió el paso.
Fruncí el ceño al ver el interior de ese cuarto, sábanas y almohadones en el piso, cosas desparramadores por doquier y un espejo roto, junto a los trozos de vidrio había un libro.
Tragué saliva, la habitación estaba destrozada y no podía asimilar que mi hermano había hecho todo eso.
-Esta noche dormirás conmigo –Me volteé y lo miré fijamente, él tenía los ojos posados en el piso y se encogió de hombros con desinterés- No permitiré que duermas ni una sola noche más en este basurero.
FIN DE LA EDICIÓN ESPECIAL.
(Un amor Rafa cuidando a su hermanito menor ♥)
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Me Gustas Así
Teen FictionRené Castillo era un chico de 17 años, estudiante aplicado e hijo ejemplar, pero detrás de esa fachada de niño bueno había un gran secreto. Era homosexual. No se avergonzaba de su orientación, pero tampoco podía andar gritándola a los cuatro vientos...