CAPÍTULO 48.

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DIAS DESPUÉS...

Rafael tocó la puerta de la habitación de su mellizo, hoy se cumplía un mes de la muerte de Jake Zamora, así es, llevaba contado los días.

-Gerónimo, sal de ahí, no empecemos de nuevo con esto -Su hermano había recaído en el dolor, ya no comía y pasaba los días enteros encerrado en la oscuridad de su cuarto-

No se escuchó ni un solo sonido y el joven comenzó a desesperarse.

-Abre la puerta -Volvió a tocar- Por favor hermano, no lo hagas más difícil...

El picaporte giró y Rafael se alejó unos pasos.

Tragó saliva cuando vio a su mellizo salir de la habitación, el cabello revuelto, sus ojos hinchados, sus mejillas húmedas por las lágrimas y sólo vestido con su pantalón de pijama.

-Quiero desaparecer -Murmuró mirando el suelo- No quiero vivir así -Su voz se quebró- Rafael... Ayúdame...

Sin pensarlo dos veces, el joven abrazó a su hermano menor, Gerónimo dejó caer la cabeza en su hombro y suspiró pesadamente.

-Creo que ya tengo la solución -Acarició la espalda de su mellizo-

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-¿Estás seguro de que quieres ir solo? -Se quitó el sombrero-

Gerónimo asintió lentamente y apretó el ramo de rosas entre sus manos, a la altura de su corazón.

Sobre ellos había un gran arco que decía "Cementerio Local", eran casi las 15:15 p.m. y el cielo estaba nublado.

-No tardes mucho ¿Ok? -Miró su reloj de muñeca- Nuestro vuelo sale a las 16:00 p.m. en punto, te esperaré aquí.

El mellizo volvió a asentir y, sin pronunciar palabra, comenzó a caminar por un estrecho camino entre las tumbas.

-Ánimo hermano -Murmuró Rafael- Debes superarlo...

Un fría brisa sopló, erizándole la piel y miró había todas partes, le pareció ver una sombra que se escabulló detrás de un panteón, frunció el ceño, decían que en los cementerios habían apariciones, se escuchaban cosas extrañas, llantos, gritos, etc.

Rafael respiró hondo, su hermano estaba solo, no es que le tuviera miedo a los fantasmas, pero con lo del más allá no se juega.

Escuchó unos pasos, se volteó rápidamente y nada.

-Al demonio con todo -Dijo asustado y salió disparado en la misma dirección por donde se había ido su hermano, esperaba encontrarlo y no perderse-

Narra Gerónimo:

Dejé las rosas sobre la lápida mientras intentaba pasar el nudo que se me había formado en la garganta.

Acaricié el frío mármol, tenía unas inscripciones con letras doradas y en el extremo había una fotografía de Jake, sonriendo.

Sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla, su sonrisa había sido lo más hermoso que mis ojos habían visto en mis 18 años de vida y no hay nada que me haga cambiar de opinión.

Me arrodillé sobre la tierra, sin importar si se ensuciaba mi pantalón, sopló una brisa helada y cerré un poco más mi abrigo.

-No sabes cuánto te extraño... ¿Por qué? -Mi voz se quebró- ¿Por qué me dejaste solo Jake? ¿Tú crees que la vida es sencilla sin ti? Ya nada tiene sentido para mí -Sollocé- Incluso pensé en suicidarme para estar contigo.

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