Cap sin imagen... :/
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Narra Gerónimo:
El almuerzo con papá fue incómodo y silencioso, Rafael no levantaba la mirada de su plato y yo trataba de sacarle conversación al hombre que nos dio la vida.
Mi hermano lo odiaba porque él no aceptaba la homosexualidad y aun así lo dejó entrar en nuestra casa.
Papá hablaba muy poco, era difícil sacarle una palabra, asentía o negaba, nada más y eso me exasperaba.
-Bueno, al menos podrías fingir que te interesa mi tema de conversación –Apoyé el vaso con fuerza sobre la mesa-
-Todo lo que tenga que ver con ustedes me interesa –Me miró con seriedad-
Rafael rió sarcásticamente.
-Y por eso casi nos mataste la noche que te dijimos nuestra orientación –Mi mellizo enarcó una ceja y fijó sus ojos en él- Que amor nos tenías... Papá –Gruñó-
-Yo... -Hizo una pausa- Estoy arrepentido...
Ambos lo miramos sorprendido y él sonrió.
-Dan miedo cuando hacen esa expresión sincronizada.
Dio una carcajada y nosotros nos quedamos sin palabras, nunca lo habíamos escuchado reírse.
-Somos casi idénticos –Dijo Rafael como si fuera obvio-
-Sí, lo sé –Se secó una lágrima de alegría y miró a mi hermano- Parecidos pero diferentes.
Narra Damián:
Se hizo de noche en San Diego y el reloj marcó las 23:00 p.m. René y yo nos quedamos en la sala viendo una película. Él apoyó su cabeza en mi hombro, mis manos se deslizaban por su cabello y de sus labios se desprendían suspiros.
Evangelina ya se había ido a dormir, las luces estaban apagadas y en la pantalla del televisor se mostraba una escena bastante erótica.
Contuve la respiración y René se tensó, detuve mis caricias. Mi amigo me miró con el ceño fruncido.
-¿Por qué te detienes? –Preguntó molesto- Sigue –Exigió-
-Ok –Reí y besé su mejilla-
René cerró los ojos y me tomó de los hombros. Acercó su boca a la mía y nos fundimos en un profundo beso.
*Que Evangelina no se le ocurra aparecer ahora*
Me recosté en el sofá y arrastré a mi amigo sobre mí, envolví mis brazos por su espalda y sentí como se relajaba.
-Damián –Se separó de mis labios y escondió el rostro en mi cuello-
Metí mis manos debajo de su camiseta y, con la yema de los dedos, acaricié su piel suave.
Él respiró hondo y volvió a mirarme.
-A mi cuarto –Dijo casi en un gruñido- Ahora, ya.
Sonreí y me levanté del sillón, tomé su mano y corrimos hasta su habitación.
Al entrar, cerramos con seguro la puerta y nos besamos apasionadamente.
Caímos sobre la cama y comenzamos a desvestirnos con rapidez, entre besos y gemidos terminamos piel con piel. Acariciándonos, tocándonos por todas partes...
Narra René:
Me sentía en las nubes, las manos de Damián recorrían mi cuerpo y yo me mordía la lengua para no gritar.
Él me estaba provocando, porque cuando iba a llegar al orgasmo, detenía sus movimientos, sonreía y negaba con la cabeza haciéndome desesperar.
De igual manera, era hermoso esto... No sé si llamarlo "sexo" o "hacer el amor", es lo mismo, un asunto pegajoso.
Jadeé y me cubrí la boca con las manos cuando Damián se inclinó sobre mí y empujó más fuerte sus caderas.
-René –Dijo agitado y fijó sus ojos marrones en los míos- No puedo más –Apretó los dientes y echó la cabeza hacia atrás-
Se dejó caer sobre las sábanas, me senté sobre él y comencé a moverme.
-¿Qué haces? –Me tomó de los muslos- Basta, detente... ¡Ah! –Cerró los ojos- Así –Gruñó-
Damián me devoraba con la mirada y eso me estremecía.
Murmuró algo, fruncí el ceño y volteamos, él quedó sobre mí, me besó con ganas y luego se apartó, salió de mi cuerpo y se sentó en el borde de la cama.
-Tenemos que hablar de mis sentimientos, René –Me miró por encima del hombro- Creo que estoy preparado para asumir lo que soy...
Elevé mis cejas sorprendido.
Narra Rafael:
Me molestaba de sobremanera tener a papá en casa, su presencia me resultaba incomoda y quería salir corriendo.
Resoplé, mi hermano hablaba y hablaba sin parar, gesticulaba mucho con las manos, eso me demostraba su nerviosismo.
-Gerónimo –Lo llamé, no me escuchó- Gerónimo... ¡Gerónimo, maldita sea! –Lo empujé-
-¡Ay! ¿Qué? –Se volteó molesto-
Papá enarcó una ceja, lo miré con seriedad.
-¿Vas a pasar la noche aquí? –Crucé mis brazos-
La comisura de su boca se elevó en una sonrisa fría.
-Le prometí a su madre que no volvería tarde –Miró su reloj de pulsera- Pero se me fue la hora.
Mi hermano lo acompañó hasta la puerta, intercambiaron algunas palabras más y yo me quedé en la cocina.
-Eso fue muy descortés de tu parte Rafa –Me recriminó Gerónimo cuando regresó- No debes tratarlo así, es nuestro padre.
-¿A sí? –Me volteé- ¿Y cuando él fue "cortés" con nosotros?
-Eso no importa –Frunció el ceño- Sigue siendo nuestra sangre –Terminado de decir esto, se fue a su cuarto-
Resoplé y continué lavando los platos.
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Me Gustas Así
Teen FictionRené Castillo era un chico de 17 años, estudiante aplicado e hijo ejemplar, pero detrás de esa fachada de niño bueno había un gran secreto. Era homosexual. No se avergonzaba de su orientación, pero tampoco podía andar gritándola a los cuatro vientos...