Secuestrada

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Adivinen quien volvió... pos yo, okno, ignoren mis tonterías, pero estoy feliz de volver, y como prometí abra maratón. Siiiii, por cierto escribiré algo diferente y lo notarán, pues encontré como poner el guion largo, el otro signo de interrogación, etc.

Lo sé soy muy bruta, pero ahora que el modo indio se apagó, ya seré un poco mejor, Yeiii, o eso espero.
Está bien las dejo de molestar y aquí el capítulo.


Narra Dean:

Me levanto del suelo e intento correr tras ella, pero Roman no me lo permite.

―Déjame ir Roman.

―Lo siento, pero no puedes ir ahora por ella― lo observo intentando que me dé una explicación― lo arruinaste, y estoy seguro de que lo que menos quiere ella es verte ahora.

―No me importa― quito su mano de mi camino e intento correr, pero este me detiene.

―Ese es el problema; nada te importa más que tú mismo, eres un egoísta.

―Quítate de mi camino, o no podré contenerme más.

―Si le haces daño otra vez a Elizabeth, el que no se va a contener soy yo.

Ignoro por completo sus palabras y corro, intentando encontrarla, en eso veo al maestro de literatura, me acerco a él, para preguntar si la ha visto, pero huele un poco raro, su olor hace que me dé un poco de sueño, y me ponga algo mareado.

―Disculpe profesor ¿No ha visto a Elizabeth por aquí?

―¿Quién es Elizabeth?

―Es una chica de primer año, mide como 1.64, cabello castaño, ojos azules y muy bonita.

―No, no la he visto, no me diga que anda tras ella, sabe que eso es ilegal.

―Claro que no, es solo que le quería preguntar algo, pero son cosas de la universidad, no es nada personal.

―Más le vale.

―Sí, sí, entonces si no la ha visto, yo me retiro a seguir buscándola.

―Estoy seguro de que por aquí no paso, porque yo llevo aquí parado como siete minutos o más, y nadie ha pasado.

―Debió irse por el otro pasillo, gracias, nos vemos.

―De nada, adiós entrenador y espero ya no se meta con las estudiantes.

Me voy ignorando a ese tonto, que le importa lo que yo haga, es mi vida, aunque es muy raro, olía muy mal, debería de bañarse; pero eso no importa, yo debo encontrar a Elizabeth y disculparme con ella, fue una tontería lo que le dije.


Paso el resto de la tarde buscándola, pero no está por ninguna parte, además ya se está haciendo noche, y no he comido nada en todo el día por estar buscándola, quiero encontrarla, pero no se a donde podrá haber ido.

Pregunto a todos, pero parece qué nadie la vio, pero al menos descubrí quien es su compañera de habitación, ojala y ella sepa dónde está.

Ahora busco a su compañera; después de una hora la encuentro.

―¿Usted es la compañera de la señorita Elizabeth Marqués?

―Sí, soy yo, ¿Acaso le paso algo?― se ve muy preocupada.

―No, creo que no, solo la estoy buscando.

―¿Para qué?

―Pues ―intento buscar una excusa decente― ella me iba a entregar unos papeles está tarde, pero nunca llego, y me han dicho que ella es muy responsable, por eso me preocupe un poco.

NO SOY TU JUGUETEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora