Sorpresa y retos

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Después de volver del baño e inventarle una excusa a Emily de porqué tarde tanto, estuvimos media hora sentadas en el gimnasio esperando que Dean volviera, me preocupe tanto que casi volví a ver si estaba aún en el baño. Cuando entro tranquilamente por la puerta principal más bien quise golpearlo.

Olía mucho a cigarro, él dijo que fue a fumar por ahí. Y eso sin duda me molesto, odio que las personas fumen, es como quitarse la vida lenta y dolorosamente.

Nos quedamos otro rato esperando que se le fuera el olor, porque ninguna quería ir así en el camión.

No tuve oportunidad de reclamarle hasta que dos días después nos citó a una reunión de equipo.

―Señoritas, les tengo una sorpresa ―dice frente a todas, por unos segundos me observa con una sonrisa de esas que sabes que hará algo malo.

Todas murmuran preguntándose ¿Qué será?

―Espero que sea que se retira ―murmura Emily en mi oído. No puedo evitar reír.

Dean me observa con una ceja alzada, finjo como que no lo veo, ni a Emily que lo observa mal, esto parece un juego de miradas.

―El director está muy contento con nuestro desempeño ―continúa― así que lo convencí que a modo de recompensa... ―hace una pausa dramática― nos lleve a un parque acuático.

Todas enseguida sueltan gritos de emoción; Emily y yo nos miramos, creo que sospecha, al igual que yo, que Dean trama algo; solo espero que nos equivoquemos.

―Obviamente no pueden perder clases, así que será este sábado ―agrega mirándonos a todas― lleven todo lo que necesiten, incluyendo comida, sino, compran algo ahí. El camión nos espera a las seis en punto de la mañana, sean puntuales o las dejaremos ―camina a la salida.

―Vaya, viaje a un parque acuático, suena divertido ―observo a Emily con una sonrisa un poco forzada.

―No estoy segura, ¿Acaso no viste como te miraba? De seguro trama algo ―dice segura con el ceño fruncido, sabía que pensaba como yo.

―Cosas tuyas, no vi nada ―río intentando restarle importancia.

―No sé si eres muy inocente, despistada o tonta ―suspira golpeando su frente.

―¡Oye!, probablemente los viajes así son comunes, no me culpes por esto ―doy vuelta con los brazos cruzados.

―No se enoje mi pequeña ―me abraza por la espalda― solo bromeaba... más o menos ―ríe y volteo a golpear su hombro suavemente.

―Por cierto ―vuelve Dean llamando la atención de todas en el gimnasio― como el equipo de fútbol de chicos también gano, ira con nosotros al viaje ―vuelve a salir tranquilamente.

Enseguida se escucha una agitación general, todas parecen emocionadas por escuchar eso.

―¡Los chicos de fútbol irán! Debo escoger mi mejor bikini ―chilla una chica.

―Yo ni siquiera empaque algún bikini o traje de baño, no esperaba que nos llevaran a nadar ―admito viendo a Emily.

―Nos encargaremos de eso ―sonríe, engancha su mano con la mía y salimos de ahí juntas.

(...)

Después de estudiar un poco y repasar algunas notas, por la tarde alguien llama a mi puerta, al abrir solo hay una nota en el piso y nadie por el pasillo. Al leerla reconozco perfectamente la letra burda.

Elizabeth, necesito hablar contigo, nos vemos en diez minutos junto al lago, no faltes o iré por ti.

NO SOY TU JUGUETEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora