Inteligente o Pasional (⌒.−)=★

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Debo ser muy astuta y hacer que mi cerebro piense en una manera para que Dean no me haga suya, ¿Pero qué puedo hacer?

No tengo ningún plan... aunque, solo por un momento, tal vez me deje llevar por mi lado pasional y no por el racional, quizá si quiero esto, pero la razón me lo niega.

No sé qué hacer, quiero a Dean, bueno no lo quiero de querer o amar, solo siento atracción física por él, además, no tengo mucho conociéndole y no soy como las princesas de los cuentos, que conocen a un príncipe y a la mañana siguiente ya están casadas, soy más inteligente que eso y ya lo decidí, no me dejaré llevar, no lo haré con él.

―Suéltame ahora― intento sonar desafiante y sin miedo, sin embargo casi estoy temblando.

―No linda, no lo haré, ya te escapaste una vez y me dejaste muy excitado, pero eso no volverá a suceder.

―Dean, por favor― trato de sonar lo más dulce que puedo, para ver si logro convencerlo.

―Eres tan dulce, por eso quiero comerte toda y lamerte como una paleta.

Narra Dean:

Estoy muy excitado, esta vez no va a escapar de mí, solo quiero poseerla, quiero que sea mía, y la conseguiré, aunque primero tengo que persuadirla, ya que no se ve muy convencida, pero en eso soy un experto; soy el mejor.

―Dean, en serio déjame, no quiero hacer esto― su tono es tan dulce, ella quiere que me detenga, pero solo hace que me excite más. Esto es nuevo, creo que nunca sentí tantas ganas de tener a alguien en mi cama.

―Lo siento, pero no lo haré, te prometo que te encantará.

―Ese no es el punto, yo no quiero hacerlo.

―Sé que quieres, tú quieres que te lo haga y muy fuerte― inmediatamente ella se sonroja, es muy divertido verla así.

―No es verdad, no digas eso, eres un descarado.

―Puedo ser lo que quieras, pero ahora no soy un mentiroso, tú quieres sexo conmigo, quieres que seamos animales en la cama, quieres sentirme dentro de ti.

―No, mientes, guarda silencio― dice mientras cierra los ojos y pone sus manos en sus oídos, para intentar no escuchar, es muy inocente, eso me encanta.

―No miento― tomo sus manos y las retiro de sus oídos, me acerco más a ella― sé que te encanta― susurro en su oído, después comienzo a morderlo.

―Detente― habla con un tono apenas audible, ya está comenzando a excitarse.

―Deja de negar lo que realmente quieres― comienzo a besar su cuello, su aroma solo hace que quiera más.

―No niego nada, aléjate.

―Nunca― la levanto y la pongo en la silla, la recuesto y subo un poco su blusa; comienzo a besarla antes de que pueda contradecirme.

Es algo torpe besando, pero mis labios aman los suyos y viceversa. Le quito por completo la blusa, esto bueno, ya se está dejando.

Me alejo un poco para verla mejor, es realmente hermosa; ella nota que la estoy observando y baja la mirada, tomo su barbilla y hago que me mire, no había notado que tiene ojos tan bellos, son realmente lindos y me hipnotizan, parece que ella también se perdió en los míos.

Sin decir nada comienzo a besarla, me estoy excitando más; en medio del beso ella empieza a quitarme la camisa, cuando me la quita por completo seguimos besándonos. Por fin será mía; me levanto de encima de ella y comienza a desabrochar el cinturón de mi pantalón, no puedo creerlo, su mirada refleja lujuria y pasión, es increíble cuando se pone así, ya no hay más niñita tímida.

En mi distracción ella ya bajo mi pantalón, es realmente rápida, al ver mi erección tan cerca, aunque este bajo mi bóxer, sus mejillas se ruborizan, en un movimiento ágil me pone en la silla y ahora está sobre mí, nos besamos apasionadamente, se acerca a mi oído.

―Te tengo una sorpresa, cierra los ojos― me mira con una sonrisa coqueta.

¿Qué será?, La curiosidad me invade, así que los cierro.

Siento que coloca mis manos juntas, ¿Qué será lo que va a hacer?, Después siento un apretón fuerte y veo que ato mis manos con mi cinturón; ¿Qué se supone que está planeando?

Se levanta, se pone su blusa y sale corriendo, no puedo creerlo, me dejo aquí sin camisa, con el pantalón abajo y las manos atadas; esto me lo va a pagar; maldita Elizabeth me vengaré.

Narra Elizabeth:

No puedo creer que mi plan funcionó, yo dije que no soy tonta y no mentí, solo tuve que fingir que si quería hacerlo, para atarlo y poder escapar, lo malo es que para conseguir su cinturón tuve que bajar su pantalón y casi ver su cosa, nada más recordarlo hace que me ponga peor que un tomate, no puedo creer que eso estuvo tan cerca de mí; pero lo debo olvidar.

Ahora voy como una loca corriendo a mi habitación, lo bueno es que es tarde y no hay nadie en los pasillos que me vea así, pero a lo lejos se ve una gran sombra, aunque ahora que lo noto son dos personas comiéndose a besos, lo peor es que están frente a mi habitación, pero ahora que me voy acercando puedo ver que son mi compañera y otro sujeto, me aproximo incrédula al ver tal escena.

Al verme rápidamente se separan, y la miro con cara de asco.

―Pero miren quien llego, es Elizabeth la cualquiera, ya vienes de revolcarte con otro o ¿Es el mismo?

―Mira quien habla Emily, no estoy para tus tonterías, ¿Podrías quitarte de la puerta?

―Claro pero antes dime, tengo un amigo llamado Mike y está urgido, ¿Podrías prestarle tus servicios?, Y por cierto dile al que te lo hizo que sea más discreto, tienes chupetones por todo el cuello― el sujeto se está riendo por lo que ella dijo y ella solo sonríe, ya me canse de esto, estoy roja de ira, no me dejare más de ella.

―Sabes que, dile que ya tiene una amiga prostituta y no me necesita a mí, porque apuesto a que como besas a esté puedes besar a cualquiera, y claro, le diré que para otra vez me los haga en la vagina como te los hacen a ti, pues creo que eso ya lo sabes por muchos años de experiencia― la sonrisa de eso dos se borra― pero miren ahora a la mejor alumna, la que era un ejemplo para todos, como está aquí de dejada y...― no puedo terminar porque su mano se estampa contra mi mejilla, no puedo creerlo, ¿Acaso me dio una cachetada?, voy a darle una paliza, cuando una luz se enciende en el corredor.

―¿Qué hacen despiertos tan tarde?, Váyanse a sus cuartos ahora― es un guardia. Enseguida Emily y el chico corren, entro a mi habitación, voy al baño y me miro en el espejo; me veo horrible, mi cabello es un desastre, mi cara esta roja y lo que dijo Emily es verdad, Dean me dejo unos chupetones muy grandes, casi visibles desde la punta de cerro.

―Genial ahora tendré que utilizar una camisa de cuello de tortuga o alguna bufanda― me quejo; vuelvo a verme en el espejo y noto que mis ojos están muy cristalinos y comienzan a caer lágrimas por mis mejillas, no sé si lloro de tristeza o de ira e impotencia, pero ahora eso no importa, lo que importa es que lloro como toda una idiota... maldición soy un desastre.



Y aquí termina este capítulo, Elizabeth es muy inteligente, pero ahora la vida no le sonríe, aunque tal vez pronto lo haga, o tal vez no, descubranlo en los siguientes capítulos.

Se despide Fernández (*^^*)

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