¿Audaz?

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Toda la noche estuve con Emily viendo películas y comiendo helado que su novio nos consiguió de última hora, luego ella me ayudo a intentar ver el lado positivo de las cosas. Y aunque me duele que Colby no me quiera como algo más, al menos eso no arruino nuestra amistad, aun nos mandaremos mensajes, solo que ya no serán cursis ni con apodos raros, ahora solo somos un chico y su amiga en la friendzone.

Mi mejor opción es seguir con mis estudios y pretender que nada paso, sobre todo con Dean, no quiero ni imaginar cómo se pondrá cuando se entere que salí con Colby; lo cual no entiendo, no somos nada, pero le molesta que hable con Colby o Jack porque según el quieren algo conmigo.

Eso no debería importarle, y menos si lo único que quiere es tener sexo conmigo. Si me enamoro o salgo con alguien no es algo que le incumba, a menos que...

—Eli. —Abro los ojos y observo a Emily parada a un lado de mi cama—. Lamento no poder estar hoy contigo, le debo a mi novio una enorme cita por ayer dejarlo plantado y mandarlo a la una de la madrugada a comprar helado a la cuidad —me sonríe un poco apenada.

—No te preocupes, agradécele de nuevo por mí. —Ni siquiera intento levantarme de la cama, estoy muy cansada—. No puedo creer que vayas a una cita todo el día cuando ayer no dormimos nada.

—Años de práctica aquí en la universidad, los exámenes te lo enseñaran. —Me guiña, toma su bolso de su cama—. Por favor ve a la cafetería a desayunar algo, es domingo, después podrás dormir lo que quieras. —Observa el reloj de su muñeca—. Nos vemos, es tarde —sale corriendo y en cuanto cierra la puerta vuelvo a cerrar los ojos.

Hoy no quiero levantarme, mañana quizá estaré bien, pero hoy la cama y yo seremos una sola.

Más tarde el horrible rugido de mi estómago me despierta, lo único que podría separarme de mi amada cama es la comida, mi amante secreta.

Sin más opción me levanto, me pongo algo sencillo y voy a la cafetería, reviso la hora en mi celular, casi son las dos, esto debería ser una comida. Jack no aparece por ningún lado, debe estar coqueteando o teniendo sexo con alguien. Después de varios sándwiches, un jugo y un durazno camino de vuelta a mi habitación, no sin antes dar una vuelta por el lago, amo este hermoso paisaje, la mejor y peor parte es que nadie más suele venir por aquí... excepto el tonto tipo que ahora viene caminando hacia mí.

—Hola —saluda alegremente.

—Hola —saludo con desinterés, planeo seguir caminando pero me detiene sosteniendo mi mano.

—¿Cuánto tiempo más planeas seguir ignorándome?

—No sé de qué hablas —intento alejarme pero no me deja.

—¿En serio no sabes? Llevas casi dos semanas ignorándome, desde que volvimos de parque acuático prácticamente haces como que no existo, y literalmente usas a Emily de escudo para que no me acerque, has ignorado cada nota que te envié para citarnos —

—Pues ahora me estás viendo, ¿Qué es lo que quieres? —me suelta sorprendido.

—Disculparme, fui un idiota en ese armario del conserje, a veces la excitación no me deja pensar bien —rasca su nuca, su disculpa parece sincera.

—Sí, lo fuiste, y si es todo lo que me ibas a decir, me voy —mi expresión permanece seria, intento seguir caminando pero de nuevo me detiene.

—¿Me odiaras por siempre por lo que paso?

—Si te odio o no, no debería importante, solo quieres sexo, creo que sería mejor no vernos hasta esa fecha tan especial que escogiste —digo cada palabra con ironía—, tenemos relaciones y no volvemos a dirigirnos la palabra nunca más.

NO SOY TU JUGUETEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora