Capítulo 4: Nueva casa

42.1K 2.1K 38
                                    

Desperté al escuchar que golpeaban mi puerta.

—¡Charlotte!—

Abrí los ojos lentamente tratando de acostumbrarme a la poca luz que entraba a través de las persianas.

Me puse de pie y me estiré.

—¿Qué quieres?—pregunté con voz adormilada.

No me gustaba que me despertaran, y menos de esa manera tan ruda.

—Quiero que estés lista en media hora.—respondió.

Tenía que ser mi mi padre.

Completé mi rutina mañanera que constaba en bañarme, maquillarme, planchar mi cabello, etc.

Bajé las escaleras y tomé una manzana de la cocina percatándome del anillo en mi dedo anular. Me lo quité y lo observé detalladamente. Es de plata con tres pequeños diamantes en el medio, el del centro más grande. Es precioso, me lo coloqué nuevamente dándole un mordisco a la manzana.

—¿Charlotte?—escuché que mi padre me llamó.

—Dime.—me acerqué a él.

—Sube al auto, el chofer nos llevará al notario para firmar el contrato.—caminó hacia el auto sabiendo que lo iba a seguir.—Luego volveremos para que empaques tus cosa y las llevemos a tu nueva casa.—se subió al auto y entré después de él.

Cierto, hoy me mudo de casa y ni siquiera he empacado mis cosas. Lo olvidé. Me quiero largar de esta casa, pero no me quiero mudar con nadie más. Quiero continuar con mis planes de que cuando cumpla 21 años me vaya a mudar con mis amigas pero se han arruinado gracias a mi padre. ¡Rayos! Lo olvidé. Arabella y Camille. Las olvidé por completo ¿Qué clase de amiga soy?

Saqué mi móvil del bolsillo y les escribí por el chat en el que estamos las tres.

"Chicas, lo siento tanto. Han sido unos días difíciles ¿Qué tal si nos encontramos en el parque a las 6:00PM?"

Envié el mensaje y guardé el móvil, acto seguido recosté la cabeza en el respaldo del asiento cerrando los ojos durante el trayecto.

—Firmen de una vez, no tengo todo el día.—insistió Manuel.

Mi mano derecha temblaba sosteniendo la pluma contra el papel donde se supone que firmara.

Si firmo, me comprometo a dejar todos mis planes de lado y a obedecer en todo lo que mi padre diga —incluyendo tener un hijo de Andrés—. Tendría que dejar de lado la idea de mudarme con mis amigas, de casarme con alguien que ame, pero creo que lo más que me duele es el que no podré dedicarme a lo que me gusta, a la fotografía. Pero si no lo hago tendré la vida más miserable del mundo—aunque en estos momentos me parece mejor eso que vivir bajo la sombra de Manuel—. También tengo en cuenta que parece ser que nunca logro escapar de él, siempre me encontraría y se saldría con la suya.

Firmando renuncio a mi vida por 5 años pero tal vez luego pueda continuarla pasando página de esto y dejándolo atrás como un recuerdo. Pero tendría que tener un hijo, lo cuál me mantendría atada a Andrés de por vida impidiéndome avanzar y dejarlo atrás. En el contrato se estipula que el niño ha de ser concebido en el primer año de matrimonio, lo cuál es aún más frustrante ya que no me deja mucho tiempo. Quedan meses para la boda, lo cuál significa que en poco más de un año ya habría una adición a la familia.

Comprometida con Andrés Donde viven las historias. Descúbrelo ahora