Mi cabeza estaba recostada de algo cómodo y tibio, estaba realmente cómoda, había un aire frío en el lugar que me encontraba, pero apenas lo sentía en mi rostro, ya que algo me cubría de pies a cuello, alguien me acariciaba la cabeza con ternura. Mis ojos aún estaban cerrados, no me acordaba de nada, no sé dónde estoy ni con quien, pero al juzgar el olor y el tacto de la persona, podría decir con seguridad que era mi querido Bruno el que tenía cerca.
No recuerdo nada. ¿Qué fue lo último que hice? Recuerdo que Bruno me llevó a la fiesta que me hicieron sus padres, que resultó siendo una fiesta sorpresa de cumpleaños, toda su familia me felicitó, casi todos mis amigos estaban en la fiesta, me divertí mucho, al final de la fiesta vi los fuegos artificiales y... ¿Qué más pasó?
Una llamada. Sí, mi celular sonó en mi bolso, pero... ¿Quién era?
Mi madre, recuerdo haber escuchado su voz, ella me decía algo del hospital.
- ¡Oh Dios mío! ¡Mi Padre! - Me senté de un sopetón. Mi padre había sufrido un infarto. - Tengo que ir a ver a mi papá.
Tres pares de ojos me miraban sorprendidos. Byron, Rihanna y Bryan se veían muy preocupados. Sentí la mano fuerte de Bruno acariciando mi espalda.
- No te preocupes Chiquita, ya vamos de camino. - Dijo con voz aterciopelada.
Me tranquilice un poco, y pude notar que estábamos en un avión muy lujoso.
- ¿Qué pasó? - Pregunté, sentándome. - No recuerdo nada.
- Luego que recibieras esa llamada, te pusiste muy mal. Samanta tuvo que ponerte un tranquilizante para que te calmaras. - Me explico Bruno. - Por si te lo preguntas, Samanta, es doctora.
- Entiendo. - Dije. - ¿A qué hora llegaremos? - Mi voz sonaba temblorosa.
- Llegaremos en una hora. - Esta vez la que respondió fue la dulce voz de la madre de Bruno.
Traté de subir la comisura de mis labios, para tratar de mostrar una sonrisa, pero en vez de eso me salió una mueca.
- ¿Cómo consiguieron este avión tan tarde y tan rápido? - Pregunté tratando de distraerme.
Bruno puso una mano en mi cintura y me comenzó a acariciar con suavidad. Su tacto me tranquilizaba un poco.
- Mi familia tiene muchas relaciones. - Comenzó a explicar. - Mi padre hizo varias llamadas y consiguió un Jet privado. - Me dio un beso en la frente.
Bruno me comenzó a contar que después de que Samanta me pusiera la inyección, su padre hizo de todo para conseguir el Jet y el permiso para poder despegar a estas horas. También me dijo, que Samanta es una doctora muy reconocida, así que uso sus influencias y llamó al hospital en donde tienen a mi padre interno, le dijeron que él había sufrido un infarto pero que pudieron salvarlo a tiempo, aun así sigue en un estado grave. Por un lado me tranquilice, sabiendo que mi padre aunque estaba grabe pero no estaba muerto como yo pensé, y por otro lado estoy muy asustada porque aún puede morir.
Rihanna me tendió una bolsa que contenía un cambio de ropa, con el vestido que tenía puesto no podía moverme con facilidad. Caminé hacia el baño con los pies descalzos - ¿dónde estaban mis zapatos? - y me encerré ahí. Tuve que sentarme en el retrete para calmarme y no ponerme a llorar.
- B... ¿Bruno? - Llamé con voz entre cortada.
Escuche como enseguida y a paso rápido se acercaba hasta donde yo me encontraba. Toco la puerta dos veces.
- E... entra por favor.
El abrió la puerta entró y la cerro tras él. Se agacho frente a mí y me acarició la mejilla derecha.
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Amor escondido
RomanceGabriela Smith cuando tenía 17 años tuvo un accidente automovilisco, esto provocó que ella perdiera la memoria y olvidara a todos sus seres queridos, entre ellos, sus padres, sus amigos y a su novio de dos años. Tiempo más tarde ella recupera alguno...