Solo lo miraba fijamente, aun trataba de digerir lo que me acababa de proponer, sé que, hace una hora íbamos por ese camino cuando llegamos a mi departamento, pero esto es una proposición y lo más importante ¡ESTOY DESNUDA! Frente a él.
Al parecer sus ojos estaban tomando cordura. Se alejó de mi, se dio la vuelta y se pasó la mano por el cabello, suspiró ruidosamente. Nuevamente me da la frente y me mira con ternura. Recoge la toalla del piso y me envuelve en ella.
- ¡Perdón por comportarme de esa manera! - me dijo suave y calmado - No quise asustarte. Vistete, esperaré afuera. - Me dijo con tristeza.
Se dio la vuelta y cerró la puerta al salir. Yo suspiré. Para ser sincera yo estaba a punto de decir que SI. Quería sentir sus dedos sobre mi piel, sus labios besando cada rincón de mi cuerpo, el éxtasis apoderándose de mi ser. Pero... Será para la próxima.
Me puse mi pijama de color púrpura, consistía en un pantalón largo y una franelilla. Caminé lentamente hacia la sala para ir a buscar a mi pobre novio, que me imagino debe estar atormentandose mentalmente. Cuando salí vi a un torturado hombre parado sensual mirando hacia fuera por el ventanal de la sala. Miraba la nada, su mirada estaba totalmente pérdida.
Me acerqué a él y acaricié su espalda, sentí como su respiración se detuvo y luego volvió a su ritmo normal, deslice mis brazos lentamente por su abdomen y lo abracé, por su parte se dedico a acariciar mi antebrazo con ternura.
- No quiero que te atormentes. - susurré.
- No estoy atormentado. - dijo de la misma manera.
- Sí te hace sentir mejor. - suspiré hondo para poder decir - puedes hacerme el amor - susurré, sintiendo como mi cara se tornaba roja.
Otra vez sentí como su respiración se detuvo. El deshizo mi agarre y se dio la vuelta para mirarme con atención. Bajé la mirada, tenía vergüenza de lo que acababa de decir.
El puso su dedo índice bajo mi barbilla y me obligó a mirarlo, el sonreía pero la felicidad no le llegaba a los ojos. Me dio un beso fugaz pero tierno.
- No quiero que pienses que es solo eso lo que quiero. Fue un momento de debilidad. ¡Caramba Gabriela! Vi tu sexy y espectacular figura. Mi cerebro se fue a pasear. - me dijo con ternura. - Así que todo a su tiempo. Gracias por la oferta. La tendré en cuenta más adelante - volvió a besarme.
Me tomó de la mano y nos encaminamos a mi dormitorio, se puso una playera negra mientras yo me acurrucaba bajo de las cobijas, cuando se dio la vuelta me miró con paz y vino a mi encuentro, se metió conmigo.
- Date la vuelta Gaby - me dijo.
Sin pensarlo dos veces, me di la vuelta, y me abrazó por detrás pegandome a su cuerpo. En serio amo a este hombre. Y tan sólo tengo días conociéndolo. Aunque algo dentro de mi muy dentro me dice que tengo más de unos días.
Me dio un beso en el pelo e inhalo el olor de mi pelo recién lavado y secado. Lo sentí sonreír en mi cabeza.
- Me gusta mucho tu olor princesa - y volvió a inhalar mi aroma, me dio otro beso pero esta vez en el cuello - descansa mi ángel.
Así sin más me lancé a los brazos de Morfeo.
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No. ¿Por qué Bruno esta besando a Jeniffer?
¡Sueltala! - quice gritar, pero por alguna razón mis voz no salía.
Cada vez que intentaba acercarme a ellos. Se alejaban más y más. El dejo de besarla y me miro con una sonrisa malévola, hizo que se me erizara la piel, me dio miedo esa sonrisa.
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Amor escondido
RomanceGabriela Smith cuando tenía 17 años tuvo un accidente automovilisco, esto provocó que ella perdiera la memoria y olvidara a todos sus seres queridos, entre ellos, sus padres, sus amigos y a su novio de dos años. Tiempo más tarde ella recupera alguno...