No puedo creer como una persona puede cambiar mi humor en tan sólo unos segundos. Antes estaba muy feliz y deseosa de él, pero ahora todo es al revés y más grande, ¿Por qué se preocupa tanto por una secretaria? Y ¿ Qué hace ella llamándolo a estas horas? Es su jefe no su novio.
Waw. Estoy que me ponen un dedo y podrían quemarse.
Aun lo observaba con cara de sorpresa mientras buscaba sus llaves que habían caído al piso sin darnos cuenta.
- ¿Por qué Jeniffer te está llamando a estas horas? - mi enojo era palpable.
- Es que me necesita y tengo que salir ahora, no tengo tiempo Gabriela - Me dijo así sin más.
- ¿Tienes tiempo para ella y no para mi que soy tu novia? - pregunté inquieta.
- No pienses eso. Es más, ven conmigo y veras por que tengo que ir tan urgente. - respondió.
Salí desde que me lo dijo, haciéndole entender que estoy más que dispuesta a saber por qué tenía que ir a ver a una mujer que no es nada suyo, si no una secretaria de su empresa, que por cierto aunque me duela hay que destacar que es muy hermosa la condenada hija de... Ya saben lo que sigue.
El salió detrás de mi con rapidez y cerrando la puerta con llave y nos fuimos a su auto. Me puse el cinturón ya que arrancó de repente, al parecer era mucha la urgencia de encontrarse con esa chica , nunca lo había visto conducir así.
Mientras conducía me di cuenta que nos adentrabamos a un residencial no muy pinterosco.
Nos estacionamos frente a un departamento, el apagó el auto y salió con mucha prisa hacia ese lugar, toco como loco la puerta, mientras yo me iba bajando del auto y cerrando la puerta, me acerque a él. Miraba a todos lados, este lugar no se veía muy seguro a estas horas, me frotaba los brazos con las manos hacía mucho frío.
La puerta se abrió...
- ¿Qué paso Jeniffer? - preguntó Bruno desesperado.
Ella me miró con curiosidad, en su cara estaba la pregunta de ¿Qué hace ella aquí? Si. Aprendete eso mujer, donde va el, voy yo, somos un dos por uno.
- ¡Pasen! Es muy tarde para que estén afuera - dijo abriendo la puerta y dejándonos entrar a su humilde hogar.
- Habla Jeniffer. - habló Bruno.
- Sientense y les explico. - nos sentamos uno al lado del otro en el sofá de la sala, Bruno notó que yo temblaba un poco, por lo que se quito el saco, me lo puso en cima de los hombros y se acerco más a mi. Jeniffer se nos quedo mirando (si miranos, no tienes oportunidad con mi hombre) - Como ya te había dicho por el celular, me están amenazando de muerte sino doy cinco millones de dólares.
Puedo asegurarles que mi rostro muestra sorpresa y decepción, una parte de mi quería que ella fuera por Bruno para hacerle frente pero la otra me decía que hayamos venido aquí por algún otro cosa. Me cae mal pero no para que la maten. Sentía pena por ella.
- ¿Por qué? - preguntó Bruno.
- Cuando me habló por teléfono, me dijo: que era injusto que todos los empleados de la cocina hayan sido despedidos por la negligencia de una persona. Me dijo que no eres de las personas que le gusta el escándalo por lo que si yo te pedía el dinero a cambio de no matarme tu me lo darías sin problemas. - Dijo en un susurro.
De verdad que no me esperaba esto. Estaba temblando y no era a mi quien amenazaban. Bruno sintió que estaba inquieta, me puso la mano en la rodilla y me la acarició, tratando de calmarme.
- ¿Cuánto hace de eso? - preguntó muy sereno.
- Hace unos treinta minutos. - habló mirándonos a los dos. - Fue por eso que lo llame de pronto, estaba dormida cuando sonó mi teléfono.
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Amor escondido
RomanceGabriela Smith cuando tenía 17 años tuvo un accidente automovilisco, esto provocó que ella perdiera la memoria y olvidara a todos sus seres queridos, entre ellos, sus padres, sus amigos y a su novio de dos años. Tiempo más tarde ella recupera alguno...