Tomé el primer taxi que vi y me dirigí hacia mi casa sin pensarlo dos veces, me sentía muy mal.
Cuando llegue a mi pequeño y humilde hogar, lo único que se me ocurrió fue tirarme en el sofá, a llorar como una estúpida magdalena, odio a ese hombre, ¿Cómo pudo besarme de una manera tan maravillosa y no sentir culpa? Además ahora que pienso esa chica se veía muy menor para el, además de imbécil era un abusador. De seguro me vi como una idiota de esas que están locas por el chico nuevo, cuando entre en la oficina se me notaba la felicidad con la que había estado guardando desde ayer en la noche, por ese estúpido y hermoso beso que el imbécil me dio, no puedo ni creer que en estos momentos lo esté llamando imbécil.
Me duele el pecho, hace tiempo que no me sentía así. El teléfono sonó y no tenia deseos ni ganas de contestar, pero ni me gusta que el teléfono este sonando tanto, ni molestando a los vecinos, así que me levanté y lo contesté.
- ¿ Sí? - pregunté como quien no quiere la cosa.
- Se que es un poco tarde pero me dijiste que te llamara en la noche - dijo la voz del otro lado del teléfono.
- Sí, lo se, pero tendremos que hablar mañana en la universidad, de verdad ahora mismo no me siento bien Josh - hable con la verdad.
- Como desees, espero que no sea grave, entonces hablamos mañana - dijo con una voz que no supe descifrar.
- Gracias, y perdón... - me disculpe.
- No te preocupes, todos nos sentimos mal de vez en cuando. - Luego de decir esto, colgó.
Nuevamente me acosté en mi sofá a llorar mis penas, pero ahora no fue el teléfono que sonó, ahora fue la puerta.
Ya me están hartando.
- La puerta está abierta Nicole, solo empújala - grité como pude...
Escuché el abrir y cerrar de la puerta, luego escuché unos pasos lentos, se detuvieron cerca de donde estaba, escuché un suspiro largo y luego el silencio se apoderó de la habitación. Al parecer Nicole hoy vino muy callada del trabajo. Yo no podía verla por que estaba acostada boca arriba, con una mano tapándome el rostro.
- ¿ No crees que es demasiado tarde como para que esa puerta este abierta? - preguntó la voz del ángel que ahora era lo contrario para mi.
Me sobresalté, no esperaba escuchar la voz de él en estos momentos. Me senté y le di la espalda.
- Estoy esperando a Nicole - contesté.
El rodeó el sofá y se sentó junto a mi, yo por enojo me alejé de él.
- Aunque sea por eso, deberías de mantenerte con seguro a estas altas horas de la noche - dijo el como si no hubiese pasado nada.
- ¿ Dónde está tu amiguita? Deberías de estar con ella en vez de estar aquí preocupándote por mi - casi grité.
- Ella está en su casa, la lleve hace unos minutos - contestó sereno.
- Waw, ¿Cómo puedes ser tan patán para decírmelo en la cara? - mi voz cada vez era más alta.
- Me gusta decir cosas en la cara, y lo sabes. - habló el.
- Yo creía que lo sabía, eres un idiota, ¿ Cómo te atreviste a venir aquí luego de saber que te vi con esa joven en tu oficina? - ya estaba gritando y llorando a la vez - si dices las cosas a la cara como dices, me imagino que le dijiste a esa pequeña que me besaste ayer y que eres un...
- Ella es mi sobrina - me interrumpió.
Quede en shock al escuchar esa palabra en su boca, esa pequeña era sobrina y yo lo insulte por estar abrazando a su sobrina.
ESTÁS LEYENDO
Amor escondido
RomanceGabriela Smith cuando tenía 17 años tuvo un accidente automovilisco, esto provocó que ella perdiera la memoria y olvidara a todos sus seres queridos, entre ellos, sus padres, sus amigos y a su novio de dos años. Tiempo más tarde ella recupera alguno...