Querido Alex,
¿o debería llamarte por tu nombre real? No lo creo. Sabes bien que Alex eres tú. Y para ser honesta, llamarte de ese modo hace que decir todo lo que pienso sobre lo que está pasando (¿o lo que no está pasando?) sea mucho más fácil. Así que sí, Alex. Esta carta es exclusivamente para ti, y aunque probablemente no la vayas a leer (a menos que decidas leer "Yo" de nuevo y pretender que nunca me iba a dar cuenta) necesito escribirla. Tengo que sacar todo esto de mí y creo que esta es la única forma de hacerlo. ¿Y no ha sido siempre así? Supongo que por algo empecé esta novela y sé que es momento de acabarla.
El momento en el que todo comenzó se ve tan lejano... parece que han pasado años. Eso es lo que se siente cuando uno entra a una nueva etapa de su vida, ¿cierto? Me veo a mí hace más de un año, cuando tenía trece-casi-catorce y empecé a sentir algo por ti. Wow, sí que me gustaste (¿o gustas?). Estoy muy confundida, Alex. Me veo a mí hace una semana y veo a una chica insegura que se muere por su mejor amigo pero sabe que nunca se lo dirá porque es cobarde y molestosamente prudente. Me veo a mí ahora... y solo veo a una chica insegura, pero ya no el resto de la descripción anterior. Creo que ya no soy cobarde. Ahora sabes todo Alex, y he cumplido con la promesa que le hice a Zoe.
Sinceramente, creí que sería distinto cuando te enterases de lo que sentía. Creí que me evitarías a toda costa, que sería el fin del mundo. También tuve la ridícula esperanza de que sería épico, como en una película... o mejor, como en un libro. Creí que llegaría al día siguiente al colegio y me dirías una de esas líneas cursis de "yo también siento lo mismo" o al menos un realista "Nicole, deberíamos hablar sobre esto". Casi no dormí ese domingo, pensando en todos los peores escenarios que mi cruel y retorcida mente podía crear. Sí, supongo que a veces ser creativa y tener ansiedad al mismo tiempo puede ser algo extremadamente autodestructivo, pero he aprendido a vivir con eso y estoy bien.
Llegué al colegio temiendo que no me quisieras ver por el resto de tu vida y... todo siguió exactamente igual. Igual que siempre. No había nada distinto en ti ni en nuestra relación de amistad. Nada, nada en lo absoluto. Tú me saludaste como si la conversación que casi acabó conmigo nunca hubiese sucedido, como si nunca hubieses leído una sola palabra de mi novela. Y eso fue aun peor a que me hayas rechazado en frente de todo el salón, en frente de todo el país, en frente de todo el universo o incluso a solas. Fue tan malo que ni siquiera había pasado por mi mente en aquella noche de reflexiones paranoicas. Y pretendí que todo estaba bien. Como siempre.
Odio la monotonía, Alex. Creo que todos los que me conocen lo saben, es algo típico de mí. Pero, ¿acaso tú me conocías de verdad? ¿Alguna vez siquiera te importó conocerme en realidad? Hubo una vez, lo recuerdo, en la que creí que te habías abierto conmigo: en la playa de Zoe, el día de su cumpleaños. ¿Lo recuerdas? Probablemente no, estabas ebrio y yo tengo una sorprendente habilidad para recordar cosas irrelevantes como esa. Supongo que simplemente... no lo sé. Creo que eres demasiado normal para mí, Alex. Eres un chico que va al colegio sin preguntarse realmente por qué lo hace, estudia para los exámenes y hace las tareas sin siquiera detenerse a pensar que las va a quemar cuando se acabe el año y todo el esfuerzo habrá sido en vano. Te juntas con un cierto tipo de gente para ir a un cierto tipo de fiestas y realizar un cierto tipo de actividades. Siempre igual, todos los fines de semana. Y sé que probablemente nunca te has detenido a pensar en lo corta que es la vida, en lo relativo que es todo, en cómo un solo acto puede cambiar completamente el rumbo de un destino. Y menos aún te has detenido a contemplar lo cercana y lejana a la vez que se encuentra la muerte y la suerte que tenemos de vivir, por más que ni siquiera sepamos para qué lo hacemos. Me gustaría saber que me equivoco, Alex. Y si lo hago, por favor, házmelo saber. Pero por ahora creeré eso, es lo más realista, ¿sabes? Hace un tiempo solía creer lo mejor de las personas y lo peor de las situaciones. Ahora ya no sé qué esperar de la vida.
He cambiado mucho durante este tiempo, supongo que he madurado, me he conocido mejor a mí misma o alguna estupidez así. Supongo que... solo no eres la persona que necesito. Eres demasiado normal para mí, Alex. Y yo soy demasiado extraña para ti. Creo que soy demasiado extraña para mucha gente, pero lo curioso es que no quisiera ser de otra manera. Mereces a alguien normal, y yo a alguien extraño. Mereces ser comprendido y yo también. Ambos merecemos a otras personas. Tú mereces a alguien que te apoye y siempre esté ahí para ti, que piense y sea inteligente, pero no en exceso. Mereces sentirte querido y no mereces que los problemas existenciales de tu extraña mejor amiga perturben tu mente. Yo merezco a alguien que me admire, que crea que soy distinta, que note la rareza que puedo llegar a tener y la vea como arte, no como locura. Merezco a alguien espontáneo, sin miedo a la vida y con ganas de cambiar el mundo. Merezco a alguien que critique todo lo que pase a su alrededor y luche por lo que crea justo. También merezco a alguien que me proteja y simplemente me de un abrazo en los días en los que siento que me desmorono por dentro y ya no puedo más.
Esos no somos nosotros. Y Alex, no nos merecemos entre nosotros. No es que merezcamos algo mejor, pero si algo distinto.
No, Alex. No te odio. Sé que siempre tuviste algo con ese tema, creías sin razón que la gente te odiaba. Creo que nunca entenderé por qué lo pensabas. En esa clase de inglés no te mentí. Te quiero, Alex. Te quiero muchísimo y nunca dudes de eso. Quiero que seas feliz y que te sientas amado por quienes te importan. No quiero que salgas de mi vida, porque te necesito ahí. Eres una de las pocas personas que ha llegado a conocer tanto sobre mí, que ha llegado a conocer "mi lado oscuro" y sabe que no soy siempre un unicornio saltarín que vomita arcoíris. En verdad te quiero y sé que lo haré por muchos años. Eres alguien muy importante para mí y me encanta la amistad que tenemos. Supongo que eso es todo a lo que debe llegar. No quiero malograr todo. Siempre lo hago, y no quiero que nada cambie entre nosotros. No podría permitirme el hecho de ya no tenerte como un amigo. Perdón por haber sido tan cobarde.
Casi me enamoro de ti, Alex. Está bien, lo admití. Eres el chico que más me ha gustado en toda mi vida y ha sido una experiencia increíble, aunque también extremadamente agotadora. Gracias por haberme hecho sentir así. Gracias por haber sido el primer chico por el que me he casi-enamorado. Gracias por haberme hecho pasar increíbles momentos, aunque probablemente tú ni te diste cuenta. Gracias por ayudarme a conocerme mejor y gracias por haberme hecho progresar como persona. Aún me entristece saber que nunca pasó nada, pero creo que las cosas están bien como están. Eres mi mejor amigo, Alex. Realmente no quiero perderte.
Ah, y gracias por inspirarme a escribir una novela.
Te quiere,
Nicole.
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*Llora* *se seca las lágrimas*
Y bueno... ese era el capítulo especial, aunque aún falta el epílogo (y los capítulos extras que les prometí). ¡Espero que les haya gustado! Y si se sintieron identificadas/os, pueden comentar sobre eso y compartir sus experiencias. ¡Amaría conocer más sobre ustedes! <3 <3
Saben que me pueden dar su amor apretando la tentadora y sensual estrellita ;) y amo leer sus comentarios, en serio me hacen muy feliz <3 <3
¡Muchas gracias por leer! <3 <3
Los ama, <3
-Pink<3
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Yo
Short StorySupongo que la mayoría de las personas se guardan sus pensamientos para sí mismos, mucho más sus secretos. Pero yo no soy normal, así que... aquí voy: Yo, una chica con pocas experiencias tanto en el amor como en la propia vida. Una chica insegura e...