Capítulo Ocho

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Dos semanas después.

Tyler me levanto del suelo y me dio un beso en la mejilla.

−¡He sacado sobresaliente en matemáticas!

−Bien, bien pero bajame.

−No, es viernes vamos a cenar fuera.

−Pero...

−Hoy vamos a tener una cita−yo abrí más de lo que debía los ojos y él se rio−. A mi panda se le van a salir los ojos, realmente te he dicho que vamos a tener una cita.

−Ah sí, vamos.

La relación "compañeros de piso" ha sufrido sus cambios, ahora nos hemos vuelto amigos y compañeros de estudio estamos en clases diferentes pero tenemos los mismos profesores, no hay mucha diferencia.

Mi popularidad, eramos cuatro en la mesa ahora somos veinte no sé cómo fue pero las cosas cambiaron excepto por una cosa... Me gusta Tyler.

Un cita. ¡Tengo una cita!

Estaba saltando de felicidad, gracias a dios Tyler no andaba por ahí ni me vio. Me puse lo mejor que pude, sentí la necesidad de hacerlo.

Pero cuando vi a Tyler fue como ¡guau...! No estaba de negro y sí llevaba camiseta, llevaba un jersey gris con blanco encima de una camisa de un gris muy oscuro y unos pantalones negros pero lo que me dejo mas sorprendida era que se había peinado.

−Te has puesto muy guapo.

−Lo mismo digo, vamos bonita−dijo extendiéndome su mano y yo la cogí−. Hoy será un buen día.

−¿Tyler me piensas montar en tu moto con este vestido?

−Eso de mi parte sería un insulto para mi acompañante, por eso iremos a pie.

Lo dijo tan seriamente que me dio vergüenza echarme a reír, cuanta sutileza dios mio, este hombre es una caja de sorpresas.

Llegamos un restaurante... Un buffet.

−Que original.

−Todo lo que quieras por quince pavos−dijo sonriendo.

Yo me ahorre los comentarios porque él me había invitado y estaba muy entusiasmado. Dentro era mucho mas elegante de lo que era por fuera, nos llevaron en una mesa para dos y nos brindaron coca-cola, hay que bueno es ser menor de edad, de haber tenido dieciocho habría sido vino.

−Vamos en busca de comida.

−En busca de aventura.

Estuvimos riéndonos de algunas cosas como un señor bajito y calvo y una rubia gorda y con tres cabezas mas que él.

−Mejor vamos a callarnos, ella nos puede pegar a los dos juntos y salir tranquilamente−le dije y él se echo a reír.

−Nos pega con el bolo.

−Tienes unas ocurrencias muy raras.

−Pero te ries de ellas.

¿Cómo no me iba a reír? Tampoco lo quiero dejar con un chiste malo aunque este no lo era tanto el señor si que parecía un bolo y la mujer la bola.

Nos fuimos a la mesa y yo compare los platos, el suyo mínimo tiene cinco kilos el mio por lo menos tiene dos.

−Tienes una obsesión con la pizza.

−Lo dice el que tiene dos kilos de arroz en su plato−nos reímos porque era un poco cierto a mi me gustaba mucho la comida rápida y cuando tenia oportunidad de comerla no me lo pensaba dos veces, en mi plato habían dos trozos de pizza, patatas fritas y macarrones con queso. El plato de Tyler era más voluminoso y con más cosas, creo que se iba parando en cada cosa para echarlo en su plato, tiene de todo un poco.

−Parecemos animales comiendo.

−Tu eres un panda que no come bambú y yo soy...

−Un espagueti andante.

−Me has metido una espada en el corazón.

−Pues era algo pequeña ¿no será una aguja?

−Gracias a dios que no es así.

Estuvimos hablando toda la noche de estupideces, muchas. Cuando estábamos en la puerta de casa Tyler no me dejaba abrir la puerta.

−No arruines el momento panda−dijo y se metió las llaves en el bolsillo−. Eres mi chica, ¿no es cierto?

"Mi chica".

−¿Tu chica?−le pregunte hay que asegurarse no vaya a ser que esto sea una alucinación mia, para comprobar que era cierto Tyler me beso.

Esos labios suyos tan suaves intentaron ver si su beso era correspondido y lo fue, no podía negarme. Nunca antes nadie me había besado con tal intensidad, mi cuerpo se puso caliente de la cabeza a los pies, él se separo de mí y esbozo una sonrisa.

−Eres mi chica.

***

No pude dormir porque él es mi novio, me beso, esto es algo increíble.

A la mañana siguiente me tocaba limpiar, tengo que hacerlo por obligación. Eran las diez de la mañana y Tyler no estaba en casa, recuerdo que Tyler era un mujeriego, puede seguir siéndolo, eran rumores pero esas putas se paseaban todo el rato por su alrededor alguna vez vi a una de ellas besándolo... Me han visitado los celos, pero tengo motivos, mi novio es un chico malo que usa perfume que hace que te gires cuando el te pasa por el lado, que tiene una mirada penetrante y cortante que a veces tiene un brillo maléfico, si lo ves en esa forma sal corriendo. Pero cuando estaba conmigo no era tan frío, ni tan indiferente ni tan sumamente intimidante, él era un chico adolescente con tatuajes que se rie mucho, creo que de la que me enamore fue de sus sonrisas y de cuando se echa a reír.

"Caballero" no está en su diccionario, al menos podría haberme dejado la cama y no esa mierda de sofá, le tengo odio a mi propio sofá pero es que me duele la espalda. No tengo su número de teléfono, eso es un poco extraño pero no sé cómo pedírselo, me lo tiene que dar quiera o no. Las cosas son fáciles si el quiere dejarme es libre de irse el problema es que le quiero y solo he estado con él quince días mas o menos.

Tyler siempre será el motivo de mi dolor de cabeza.

Estaba limpiando la habitación cantando canciones de Maroon 5, yo solo dejaría a Tyler por Adam Levine, pero ni soy rubia ni trabajo en victoria secret, que mala suerte.

Encontré una bolsa con treinta pastillas, algún cigarrillo y porros hecho de hachis y Maria...Ya me habían ofrecido alguna vez pero eso era demasiada cantidad, y solo lo hice una vez y no pienso volver a hacerlo dios me libre de volver a fumar esa mierda.

Tire la bolsa encima de la cama y la mire.

No me había dado cuenta de algo, Tyler sabía casi todo de mí pero yo desconocia toda su vida fuera de mi casa y el instituto. No sabía nada de él.

Ni cambios ni devolucionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora