Ni cambios ni devoluciones

Capítulo Cuarenta

No he podido hablar con Matt pero llegara el día en el que le mande a la mierda por imbécil. Naya volvió al instituto con la excusa de que había sido un resfriado, me alegraba que estuviera allí nuestros días en el instituto estaban contados y pasarlo con ellos era lo que más deseaba.

—Patachula, ¿me compras un refresco?—Hunter y sus apodos poco amables, yo era la coja y nadie se ofrecía comprarme nada tener amigos vagos no es la mejor decisión.

— ¡¿Por qué no vas tu listillo?!—dije levantándome y el empezó a descojonarse—. ¿Patachula? ¡¿Quieres que te pegue con mi patachula eh?!

— ¡Dios mío que me mata! ¿Dónde está Tyler para protegerme?—empezó a mirar a todas partes buscándolo, Tyler estaba desaparecido, la razón un examen.

—Hoy no te salva ni Emma, ven aquí—empezó a correr y yo le perseguí—. Hunter, ¡sé dónde vives mi venganza no tardará en llegar!

Mira que hacerme correr, este chaval no tiene límites algún día le matare, algún día cuando me quiten esto posiblemente le pegue y le haga sufrir... Ya lo verás Hunter.

—Yo sabía que te habías roto la pierna pero nunca llegue a pensar que también te habías dado un golpe en la cabeza que te había dejado loca— ¿ahora me habla? El mismísimo Jason en persona entablando una conversación conmigo en pleno instituto, todo por mis sonrisas maléficas.

—Son solo planes maléficos en contra de Hunter y su hacerme correr coja.

—Pues qué pena me da Hunter—en serio, estamos hablando, si Tyler nos ve, me mata, tengo que irme, no quiero problemas.

—Tampoco le hare algo tan malo, solo le pegare con una de estas en la cabeza por molestarme—venga Han ahora le dices "adiós" y dabuti—. Tengo que irme a comprar una fanta antes de que se acabe el recreo, que tengas buen día, Jason.

—Igualmente—empecé a caminar, corre lo más lejos del peligro—. Siobhan—no, por favor.

— ¿Sí?

—Me alegro de que estés bien—dijo sonriendo.

—Gracias—se dio la vuelta y desapareció por los pasillos, ¿qué acaba de pasar?

Cuando volví a donde estaban todos Tyler ya estaba allí, sé que debería decirle lo que paso con Jason pero cuando veo esa sonrisa que me vuelve tan loca, creo que no vale la pena que se enfade por algo tan estúpido como eso, yo en un principio pensé que solo íbamos a dejar las cosas así, yo te odio tú me odias pero no que iba a ser una relación de conocidos que hablan... A la gente no hay quien la entienda, lo único que sé es que yo nunca sería capaz de hacer nada que hiera a Tyler porque él es a quien amo, él es con quien quiero pasar mis días, mis noches con el quiero pasarlo todo.

En el momento que me vio se levantó y se acercó a mí y después de besarme como solo él sabe, como solo él sabe volverme gelatina.

— ¿Qué tal el día, mi amor?

Uy mi amor, Tyler sabe los trucos para enloquecer a una mujer, por eso es peligroso dejarlo solo que vienen a acosarlo las desesperadas.

—Hasta ahora muy bien, ¿y tú?

—Cansado pero no te alegras de tener un novio inteligente que se sabía todo el examen.

—Normal estás conmigo que esperas que yo saldría con un tonto.

—Sabía que dirías algo así.

—Eso es porque me conoces bien.

—Dejad ya las cursiladas, por favor, ¿Han mi refresco?—creo que hoy Hunter está aburrido porque Emma no le hace caso, está hablando con Naya espero que sea del tema ese, así se siente más tranquila y con más apoyo.

—Mira Hunter te voy a estampar una muleta en la cabeza a ver si así dejas de ser tan imbécil.

—Eso es violencia de género—se protegió detrás de Emma y ella le pego una colleja.

—Violencia de género ¿dices? A eso le llamo yo violencia animal—Tyler y yo empezamos a reírnos de él y junto a nosotros Emma y Naya, el único que no se reía era Hunter que estaba sufriendo.

***

Que interrumpan tu siesta duele, que quien esté llamando a la puerta sea tu primo "preña amigas" jode y que te despierte jode todavía más.

— ¿Qué quieres?

—Un "hola" no estaría tan mal, ¿sabes?—y se queda tan pancho, me está mintiendo y se queda tan tranquilo y encima entra a mi casa como si fuera suya.

—Tú tampoco eres alguien que saluda con mucho amor, ¿qué quieres?

— ¿Recuerdas? Cuido de ti—me estaba enfadando mucho con él, ¡es un imbécil! ¡¿Desde cuándo es tan imbécil?!— Tu madre me dijo que te trajera esto—mi madre y sus comidas—. ¿No le has contado nada de tus "circunstancias"?

—No hace falta, se preocuparían por algo que no tiene tanta importancia.

—Si tú lo dices— él estaba tan tranquilo que me daba envidia yo solo quería pegarle y gritarle lo hijo de puta que había sido, había hecho sufrir a Naya tanto y aunque ella lo intentara ocultar yo sabía que estaba sufriendo y mira por quien.

Encima se quería ir sin decir ni adiós que no es mi vida, lo sé pero no puedo ver como mi hermana se cae a pedazos mientras el sigue su vida sin importarle una mierda lo que le ocurra a ella.

—Matt, ¿no crees que te has pasado un poco?—no importa que tan enfadada estés siempre hay que parecer calmada y que no está perdiendo la cabeza.

—Han, creo que no es asunto tuyo—todavía no había dicho nada y él ya estaba a la defensiva.

—Todo lo que tenga que ver con Naya es asunto mío y más si sé que está sufriendo por tu culpa, no te estoy obligando a nada solo estoy diciéndote lo que pienso.

—Pues guárdate tus opiniones porque a mí no me interesan, suficientes problemas tengo ya como para que vengas tú a tocarme los cojones.

Flipando.

Me había dejado con la boca abierta y encima pretendía marcharse.... sobre mi cadáver se va sin escucharme el muy imbécil.

— ¡A mí tú no me hablas así! ¡¿Quién te crees que eres?! Es verdad que me tiene que importar una mierda que vayas preñando a jovencitas menores de edad y luego las dejes pero me parece una vergüenza que les prohíbas decir nada y encima que sea a mi amiga, tú me has decepcionado como persona como primo y como todo realmente desearía no tener nada que ver contigo.

— ¡¿Eso es lo que piensas?! Qué va a saber una niñita que solo se preocupa si se le rompe un tacón.

—Pero qué estás diciendo si a ti te lo han dado todo, tú eres el perfecto ¡¿no?!

—No tengo ganas de hablar contigo, Siobhan.

—Yo tampoco quiero hablar con un patán como tú—cerré la puerta y me senté en sofá estaba enfadada y dolida pero creo que como más estaba era decepcionada, nunca pensé que el llegaría a hacer algo así.