Capítulo Veinte

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Yo creo que lo de mi primo fue un lapsus porque en la cena de fin de año volvió a ser el mismo, frío y amargado aunque su novia no estaba cosa que mejoraba la situación. No le conté nada a Susan, no sé por qué pero mejor que no piense que su hermano está loco.

Después de la cena de fin de año Susan me llevo a una gran fiesta a la cual no me dejaron entrar porque era menor de edad, muchas gracias diecisiete, me gustáis mucho.

Ella no me quiso dejar sola pero yo sabía que ella quería estar dentro, esto de ser menor de edad con tantas fiestas buenas no es que me guste mucho.

—Me voy a ir a casa, puedes irte a la fiesta y disfrutar por mí, yo voy a estar bien en serio.

—No.

—Vete.

—Han.

—Vete Susan, por favor.

—Llámame cuando llegues a casa.

—Te envió un mensaje.

Me fui caminando a casa, sola no me fio de los taxis, caminando sola por la calle tampoco pero creo que esta ciudad es lo suficientemente segura como para poder andar solo a las dos de la mañana.

Alguien, con alguien quiero decir una voz masculina grito mi nombre... Normalmente, en las películas tendría que ser Tyler, me giro y lo veo corro hacia él y le beso... pero es su supuesto amigo Connor.

Yo voy a matar algún día este chico, hoy es por arruinar mis expectativas, es imbécil. Yo muy inteligente seguí caminando, ese chaval que me tira los tejos no habiendo nadie a estas tú crees que no cogería alguna oportunidad.

Me agarro el codo haciendo que me detuviera.

—Te advierto que tengo el número de la policía ya marcado, ¡un acosador me está persiguiendo!

—Feliz Año nuevo—dijo sonriéndome, pero… ¡¿cómo puede ignorar tan fácilmente mis palabras?!

—Feliz año nuevo—le conteste—. Tengo que irme a casa, un gusto volver a verte.

—La fiesta está comenzando.

—Tengo diecisiete, no me dejan entrar y ya se me fueron las ganas.

—Ya que no tienes ganas de fiesta déjame acompañarte, hay muchos peligros y más si una chica bonita camina sola a las tantas.

—Si te digo que no necesito tu compañía ¿me harás caso?

—No.

—Lo suponía—empecé a caminar y el me siguió a mi lado—. ¿Qué es lo que quieres?

—Solo quiero comprobar si eres adecuada para él.

—Eres su mejor amigo, intentas ligar con su novia después de meterme en tu cama lo vas a comprobar

—Podríamos intentarlo... Es broma, yo solo quería ver qué tipo de persona eres creo que sabes que Tyler no ha sido nunca precisamente feliz y esta es la primera vez que se enamora y tiene novia, no quiero que una sanguinaria le rompa el corazón.

—Creo que sanguinaria no es la palabra más adecuada además no creo que tu método sea el más eficiente, intentando levantarle la novia a su amigo y luego utilizando excusas, ¿cómo va a acabar este mundo?

—En la destrucción.

—Que gracioso, me parece muy bien de tu parte querer saber qué clase de persona era pero intenta no parecer un acosador, creo que hemos empezado con mal pie teniendo en cuenta que siempre apareces cuando estoy enfadada.

—Quizás sea que tenga mala suerte contigo.

—Acaso lo dudas... Lo siento acabo de decir que no te iba a hablar de forma tan borde.

—Cuida mucho a Tyler, puede que algún día se ponga insoportable, que no te hable si se enfada o que pierda el control, él es así pero siempre se disculpa e intenta remediar sus errores, ayúdalo a dejar esos putos cigarrillos que me lo van a matar y sigue ayudándolo a estudiar quizás así pueda tener una vida diferente y salga de esa mierda de ciudad en la que vivís.

—Joder que odio contra la pobre ciudad—mire al cielo y luego le mire a el—. Solo fuma cuando está nervioso delante mío no lo hace y es un gilipollas cuando se enfada porque hace que prefieras no existir y bueno lo de estudiar juntos tendré que seguirlo haciendo quiera o no.

—Sé que lo dejo en buenas manos y lo siento, te estoy pidiendo que cuides a mi estúpido amigo sin que tengas la obligación de hacerlo.

—Eso demuestra que tú también quieres a Tyler.

—Sí, lo acepto, pareceré muy sentimental pero quiero a ese tonto y extraño no estar con él.

—Qué bonito—me reí sin darme cuenta y él se puso rojo.

—No te rías ni le cuentes esto, no quiero que se ría de mí toda la vida.

—Prometo no hacerlo, hasta aquí, si mis tíos o mis padres me ven con un chico no me vuelven a dejar salir de casa.

—Ah claro.

—Muchas gracias por acompañarme y espero que no se vuelva repetir el acoso ni que intentes ligar conmigo.

—No volverá a pasar.

—Fue un gusto conocerte Connor—le estreche mi mano y la apretó.

—El gusto ha sido mío, espero volverte a ver, ya sabes yo estoy libre así que cuando quieras.

—Buenas noches Connor.

—Buenas noches Han.

Ni cambios ni devolucionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora