Capítulo Catorce

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Los exámenes habían llegado y Tyler no me dejaba concentrarme, sé que fue egoísta de mi parte y que no debí hacerlo, pero lo hice, le eche de casa y lo mande a su casa que ya estaba bien.

Cuando dos bombas se encuentran pueden llegar a explotar, nosotros explotamos y ahora no nos hablamos nada, ni me mira y lo peor de todo es que mi orgullo no me deja pedirle perdón aun sabiendo que es mi culpa.

- ¿No le pedirás perdón?

-No, todavía no puedo-le conteste a Naya mientras nos sentábamos en una mesa para comer.

-Pues me parece una estupidez porque dentro de una semana te toca ir con tus padres por todas las vacaciones de navidad y esto no es más que una pelea de niños.

-Lo peor es que tienes razón.

- ¿Razón de qué?-pregunto Hunter llegando con Emma.

-Pues que eres tonto.

-Estamos las dos de acuerdo.

-Las tres.

-Cambiando de tema ¿qué pensáis de eso de tener un partido de voleibol todos los de segundo de bachiller juntos?

-No quiero jugar-contesto Naya.

-A nadie le gusta.

Dentro de media hora estaríamos en un gimnasio todos juntos, incluido Tyler, un hombre que ni siquiera me mira.

No me gusta la idea de jugar frente a todos a veces hay mucha atención en mí, no me gusta porque no se me da bien y la gente espera que me equivoque para criticarme.

-Espero que nos pongan juntos-dijo Naya esperanzada, yo también esperaba lo mismo pero no fue así dos de cada clase y no eran precisamente mis amigos y Tyler estaba en mi equipo.

Dios mío mátame ahora pero deja de meterte tanto conmigo no ves que está enfadado conmigo.

Mátenme pero ahora mismo.

Primer partido, perdido.

Segundo partido, perdido.

Tercer partido contra Jason, se están jugando la vida en esto nunca antes había visto a Tyler con tanta determinación, ni haciendo deporte, ni tan serio ni tan jodidamente guapo, ¿ese chico es mi novio? No por ahora no es mi novio lo que me sorprende es que no tenga muchas pretendientes.

- ¡Han!-me grito Tyler e hice el peor error de mi vida, detuve un remate con mi cara.

☆★☆

Tyler.

Ese hijo de puta lleva más de diez minutos intentando tocarme las pelotas y va y le pega un pelotazo en la cara a Han, mira que estar distraída mientras hay un partido, la han dejado pal arrastre.

Sé que debemos guardar una distancia prudencial en el instituto pero no pude evitar correr hacia ella todos intentaron hacer algo incluso el gilipollas.

-Aléjate de ella Jason, dejo de ser tuya hace mucho tiempo.

-De que sirve que sea tuya si ni siquiera te mira.

-Al final del día, ¿con quién está?

La cogí del suelo y la lleve lejos de toda esa que solo estaba cuchicheando estupideces, ¿los profesores no se preocupan de sus alumnos o qué?

-Han...-que tan fuerte tuvo que pagarle el gilipollas al balón para hacerla tener un huevo la frente, si sigue creciendo parecerá un unicornio, un pandornio... No puedo creer que haya pensado tal estupidez esta chica me ha vuelto un cursi, estoy tonto por ella pero no puedo estar sin ella-. ¿Han de verdad estas tan débil?

-Es que no tengo quien me cocine tan bueno.

¿Me ha estado tomando el pelo haciéndose la muerta?

- ¿En serio?

- ¿Tan difícil es aceptar unas disculpas?

- ¿Tan difícil es decirlo correctamente?

-Lo siento, no debí gritarte ni decirte todas aquellas cosas si no te hubieras metido con una mujer que pierde la cabeza fácilmente esto no habría pasado.

-Creo que lo mejor es hablar luego de esto, por ahora ponte una mano en la frente y tapate el cuerno, unicornio, voy a buscarte hielo o cualquier cosa que aparezca.

-Cuanto amor.

-Me voy-desde cuándo empecé a cuidar más de alguien que no fuera yo, esta chica apareció para cambiar todo en mi vida.

Sigo enfadado porque ella ni siquiera sabe los esfuerzos sobrehumanos que tenía que hacer para vivir con ella y no meterla en la cama, ¿quién usa pantalones cortos en invierno? Solamente Han, parece que no sufre de frío y solo hace que mi entrepierna se altere. Me ha dolido sinceramente, sobretodo porque llevo una semana sin verla dormir, me gusta verla sin que me esté diciendo cualquier cosa que se le pase por la cabeza incluso gilipollas... ¿Cómo se me ocurrió salir con una masoquista que no sabe ni siquiera cocinar?

Antes solo era una simple atracción pero ahora la amo y es raro que esa palabra pase por mis pensamientos, no sé qué me gusta más de ella incluso cuando se enfada hace que la quiera y la desee mas pero tengo miedo de hacerle daño, no quiero que ella se decepcione de mí.

Últimamente esa clase de pensamientos cursis se me pasan por la cabeza siempre, todos están a su alrededor preocupados que hipócritas al final yo soy el único que ha tenido la poca amabilidad de colaborar buscando hielo.

Todos al mirar que venía se hicieron a un lado, la gente es tan ingenua se creen todo lo que dicen por ahí, ¿tener un par de tatuajes y pircings te hacen ser un ganster? La respuesta es sí, a veces, sí que quisiera matarlos a todos.

-Ten-le tire la bolsa de hielo en las piernas al final yo soy aquí el malo y ya,  irle a buscar hielo hace que la gente hable de nosotros, a mí realmente me da igual pero bueno ella lo ha decidido así-. ¡¿No tenéis nada mejor que hacer o qué?! ¡Joder! ¡Qué no se ha muerto solo le han pegado un balonazo en la cara no sé por qué exageráis tanto!

Me enfado con razón, siempre la están atocigando ella también es la mala por dejarles por la culpa de ellos no podemos estar juntos en publico y por culpa de mis insoportables acosadoras, sinceramente toda esta mierda es un asco.

Agradecí cuando acabo esa mierda de partido que todavía me sigo preguntando de quién fue la grandiosa idea, Han como siempre está rodeada de gente así que si está bien o no es su problema y el de sus seguidores, puede que siga un poco enfadado pero yo solo quiero tener una novia normal y corriente y sé que quizás ella desee lo mismo pero yo estoy intentando ser lo más normal posible.

Lo peor de todo es que sin ella me es imposible dejar de fumar quiero tener un cigarrillo siempre en mi boca aunque esté trabajando no dejo de pensar en esa chica.

— ¿No decías que lo habías dejado?

—Frankie, amigo, ¿ya te ha echado George?

—Tyler, ¿te han dicho alguna vez que no sabes mentir?

—Solo unas pocas personas, esto de tener novia es un poco complicado.

—¡Ay! la adolescencia y sus caprichos...

—Había olvidado que tu también la habías vivido—Frankie siempre consigue subirme el ánimo, reírme de él es lo que me hace subir el ánimo.

Después de trabajar decidido toque la puerta de Han, dijo que teníamos que hablar así que solo espero todo vuelva a la normalidad y esta.

— ¿Quién eres?—ni me he confundido de piso ni tampoco de puerta, un rubio cachas abrió la puerta de la casa de mi novia, ¡¿qué cojones está pasando aquí?!

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Ni cambios ni devolucionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora