Ni cambios ni devoluciones

Capítulo Veintisiete

Creo que Connor me ha jugado una broma de mal gusto y yo he sido la estúpida del cuento que se lo ha creído, tenía hambre fui ingenua por eso le deje que hiciera la cena pero el gilipollas se fue al supermercado hace más de media hora y no ha vuelto.

O se ha ido con mis llaves o se está trayendo el supermercado con él, la cuestión es que tengo hambre y sé por experiencia que si me pongo a comer el aparecerá y... ¡¿Qué cojones?! Pero si eso es lo que yo quiero. Dicho y hecho diez minutos después de estar comiendo galletas Connor apareció cargando dos bolsas.

—Te he dicho que iba a hacerte la cena.

—Tenía mucha hambre qué esperabas que hiciera morirme.

—Supongo que he tardo más de lo previsto, terminare rápido así que deja eso.

—Oye y a ver si te das prisa que tengo sueño y tengo la sensación de que eres muy lento.

—Eres muy mandona.

—Y tú muy lento Narciso así que date prisa y deja de quejarte.

—Tú eres la que se está quejando.

—Estoy en mi casa si me quiero quejar me quejo tú eres el intruso.

—Tengo curiosidad por saber cuántos apodos vas a ponerme.

—Connor cállate y cocina que tengo hambre.

Veo a Connor en la cocina y me entran ganas de llorar porque echo de menos a Tyler pero no quiero que me vuelva a rechazar bueno más que rechazar es que pasa de mí que yo no soy invisible... Pero soy fuerte no pienso llorar frente a este mujeriego narcisista que solo se quiere a si mismo además no se ni por qué viene a hacerme compañía... ¿Doy tanta pena?

—Puedes hablar me de lo que quieras.

—No tengo nada de qué hablar.

—Podrías hablarme de cuál fue la razón para romper con Tyler.

— ¿No lo sabes?

—Me gustaría oírlo de ti.

—Estaba enfadada y encima estaba en un hospital después de que me pegaran accidentalmente que creo que fue Tyler encima yo no quería que se metiera en líos por mi culpa pero como los hombre piensan con su polla no hacen caso y yo se lo dije además de decirle que ojala nunca hubiera salido con el...—el dejo caer el tenedor al suelo y me miro con tal cara de sorpresa que yo ya estaba pensando en tirarme por la ventana.

—¿Le dijiste eso al pobre Tyler?

—Lo sé me pase estaba cansada, enfadada y adolorida además yo no estaba pensando en lo que decía.

—Eres la única chica que Tyler ha querido y le gustas desde hace mucho hace unos dos años cuando yo vivía aquí trabajábamos en un restaurante y tú fuiste con tus padres y más gente y me dijo que tú eras la chica que le gustaba pero que estaba a años luz de poder estar contigo.

—Él no me ha dicho eso.

—Tyler no habla de su vida con nadie es muy cerrado el capullo pero se le pasara el realmente te quiere y dudo mucho que te deje ir con algún otro gilipollas y tú no te atrevas a irte con otro que a ver quién aguanta a Tyler con ganas de matar a alguien y a la vez llorar.

—Connor eres un gilipollas—me encerré en mi habitación a llorar.

No sé quién era peor si el por hacerme sentir peor de lo que ya estaba o yo por ponerme a llorar por no saber qué hacer, la gente decía que yo era inteligente pero cada minuto que pasaba me hacia sentir más tonta pero si la única ayuda que me manda el cielo es Connor pues tengo que tener por seguro que Tyler no volverá.