#18: La cuñada malvada

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Rafael.

Esto es humillante.

Miro mi apariencia, estoy vestido para verme exactamente igual que mi madre, estoy parado en la ventana de la habitación de Natalia Snow, esperando que se digne en llegar, aunque estoy husmeando entre sus cosas.

Tiene una cama pequeña, dura, con una sola sábana azul celeste. Tiene un librero con pocos libros, todos sobre historia de la organización, de historia no-meta, aunque sobre su escritorio hay un libro que trata sobre el proyecto PROMEG, el cual sé que es un tema delicado para muchos adultos, aunque no tengo idea de que se trata. Hay varias notas, entre ellas veo una hoja vacía a excepción del título que dice “Angélica”, con bonita caligrafía, dudo que ella lo haya escrito, debe ser como toda gente de altos mandos, con letra fea o demasiado de molde.

También sobre su escritorio hay dos fotografías enmarcadas, la primera es la de una mujer de cabello negro, sonriendo mientras sostiene un sombrero de paja en un lugar cerca del mar, ya que se ve en el fondo. La segunda, es un retrato familiar de la misma mujer, Vladimir y una Natalia de unos cuatro años, parada derecha, tratando de verse elegante y seria pese a su corta edad. En la foto, la que asumo que es la madre de Natalia, se ve seria, sombría, con grandes ojeras en el rostro y demarcada, como si llevara una mala dieta.

En mi tiempo de infiltrado para cuidar de Angie desde las sombras, me permití hablar con muchos miembros de la organización, los cuales parecen ser amantes de los chismes, ya que sin mucho insistir me contaron sobre la devastadora historia de Elena de Snow, la difunta esposa de Vladímir.

Resulta que, a la edad de los tiernos veintiún años, a Vladimir Snow se le asignó una esposa. Una edad poco convencional para los líderes Snow, ya que, pese a que la edad normal para los meta de casarse es a los dieciocho, las cabezas de los Snow esperan hasta tener los veinticinco para casarse y empezar a procrea, por lo que era raro, pero no se atrevieron a cuestionarlo.

En el momento, todos creyeron que era porque tanto él como su prometida estaban tan enamorados que no podían esperar otro minuto más, así que se casaron de forma apresurada y, a los dos meses de su matrimonio, anunciaron el embarazo de la futura heredera. Después de que nació la joven Natalia, todo parecía ser una historia de fantasía para los demás, sobretodo para Elena, que adoraba a su esposo, pero poco después, ella se volvió más distante con él, sus ojos parecían haber perdido la vida y la alegría y, poco después del cuarto cumpleaños de Natalia, ella falleció de una enfermedad misteriosa.

A pesar de que el tema es tabú, con la llegada de Angélica, muchas teorías que llevaban casi veinte años dormidas se hicieron resonar de nuevo. Entre ellas, la más popular: los Snow casaron a Vladimir porque se enteraron de su romance secreto con Estefanía Tito. No es que los romances entre metas fueran poco comunes, pero no eran serios y todos correspondían a su deber al final del día, la teoría afirma que Vladimir no tenía intenciones de casarse, por lo que desterraron a Estefania dándole a ella y a su abuela ese permiso extraño de restaurante y lo obligaron a casarse antes que la gente hablara aún más. En algún momento Elena tal vez se enteró de la verdad y jamás se lo perdonó a su esposo, por lo que algunos sospechan que la mandaron a matar, otros creen que ella acabó con su vida de forma voluntaria, nadie sabe la verdad y, considerando que la persona más sensible por el tema es la futura líder la organización, se cree que nunca se sabrá.

—¿Qué haces aquí, Fiona Cooper? —pregunta una voz femenina y no tengo que voltear para saber que se trata de Natalia.

Suspiro cansado, el disfraz funciona demasiado bien para mi desgracia. Aprieto mis manos, tratando de recordar el plan que Gabriel ideó para distraer a Natalia lo suficiente y poder extraerla sin ningún problema, pero para eso, debo bajar su guardia y este disfraz es lo más eficiente que tengo a la mano. Si ella supiera que soy yo, probablemente ya me hubiese atacado y tal vez estaría muerto, mi madre al menos le causa terror.

FaraizeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora