Rafael jamás fue talentoso. No le importaba serlo, siempre hacía el mínimo, priorizaba el placer al deber y, en vez de disciplinarlo, parecía que Miguel Green alentaba ese comportamiento cuando éste creía que era su hijo. Gabriel a veces pensaba con amargura que su padre parecía querer más al bastardo de lo que alguna vez quiso a su hermana o él. Siempre jugando, abrazándolo cuando lloraba, consintiendo cada uno de sus deseos, Gabriel pensaba que clase de monstruo mimado habría llegado a ser Rafael si Adam Zárate jamás hubiese aparecido.
Lo recordaba perfectamente. Fue una noche en la que Gabriel había discutido con Rafael, el menor se había robado un mono de peluche del mayor, un peluche que había sido un regalo de Fiona hacia Gabriel, por lo que ambos niños, uno de siete y otro de cinco, pelearon fuertemente. El mayor explotó y le dijo al menor que lo odiaba, como cualquier rabieta de niño que no media sus palabras. Esa frase que Gabriel no sentía del todo, rompió el corazón de su hermano, por lo que esa noche nadie podía dejar de hacerlo llorar. Después de horas, parecía que finalmente se había quedado dormido, por lo que ambos padres fueron preocupados a hablar con Gabriel de siete años, furioso en su habitación, abrazando su mono de peluche y lágrimas en sus ojos. "¿Por qué lo aman más a él que a mí?" preguntó el niño y la respuesta de sus padres fue interrumpida por un llanto fuerte y escandaloso a unos pocos metros.
Este llanto era distinto, todos lo sintieron, pocos segundos de cuando inició, un temblor sacudió toda la mansión. Miguel le dijo a Fiona que fuera por Dani y él iría por Rafael, antes de tomar a Gabriel en sus brazos y levantarlo, pese a sus quejas, tratando de caminar con calma hacia la habitación de Rafael, donde el temblor parecía hacerse más fuerte. Cuando Miguel logró entrar a la habitación, tanto el temblor como el llanto había cesado, pero Gabriel vio como un hombre musculoso, de baja estatura, abrazaba a Rafael en sus brazos y lo consolaba, mientras éste lloraba en voz baja, chupando su pulgar, como lo hacía siempre pese a las advertencias de sus padres.
—Es bastante poderoso —dijo el hombre dando suaves palmadas en la espalda del niño—. Sus poderes se sienten hasta el otro lado de la ciudad, su llamada me trajo hasta acá. ¿No creen que es impresionante?
—¿Quién eres? —preguntó Miguel sin aliento y estiró su brazo para señalar al niño, mientras Gabriel podía ver que su padre estaba pálido y temblaba—. Baja a mi hijo.
—Lo siento hombre, pero puedo reconocer mi poder a distancia —dijo el hombre y levantó en brazos al niño asustado, que comenzaba a temblar al darse cuenta que estaba junto a un desconocido y no con su padre—. ¡Este niño es un Zárate! ¡Es el producto del amor entre Fiona Cooper y yo!
Después de eso, tanto Fiona como Rafael dejaron la mansión y sus padres jamás volvieron a estar juntos. Gabriel veía con poca regularidad a ambos, se negaba a verlos, uno por tener sangre contaminada y a la otra por indigna. Parte de él, los extrañaba, pero era demasiado orgulloso para admitirlo y, mientras más crecía, menos era buscado por ambos; lo cual lo enfureció. La ira en su cuerpo se asentó y formó parte de él, acompañándolo como una sombra molesta, una sombra en la forma de su hermano menor, siguiéndolo y atormentándolo, pidiéndole jugar y llorando porque se negaba.
—Oye —lo llamó Natalia, sacando a Gabriel de sus pensamientos—. Hijo de Fiomir, ¿en qué piensas?
—En tu incompetencia —respondió irritado por el insulto.
"El hijo de Fiomir" fue como Gabriel fue llamado hace un par de años por un pobre hombre que había tenido la osadía de desafiarlo. Fiomir era la forma en la que su madre había bautizado a un demonio que se comía a los niños que se portaba mal, aunque, con el tiempo, Gabriel notó que ella usaba esa palabra inventada para describir a cualquier demonio, por lo que se convirtió en un sinónimo local. No tardó en notar que esa palabra se había extendido dentro de la sociedad meta y se usaba de insulto. Aunque cuando se lo decían a él, había cierto grado de respeto, lo cual lo fastidiaba aún más.

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Faraize
RomansaAngie, la hija adoptiva de una mujer con piroquinesis se ve envuelta en una lucha de poder, donde ella es el centro de un plan más que ella. Promesas del pasado, mentiras familiares, su origen, todas se convertirán en pesas sobre sus tobillos que la...