Capítulo 25

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Subimos a la furgoneta hippie en la cual llegaron Jota y Ash -la cual, por cierto, tiene mucho más espacio que la vieja camioneta que usamos Fénix y yo- y llegamos a casa de Ebby

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Subimos a la furgoneta hippie en la cual llegaron Jota y Ash -la cual, por cierto, tiene mucho más espacio que la vieja camioneta que usamos Fénix y yo- y llegamos a casa de Ebby.

Lo primero que ella hace es preguntarme por qué la había llamado «una voz masculina» en vez de mí. En el momento le explico que fue porque yo no tenía tiempo en ese instante, y que todavía estaba sin mi teléfono... Una no muy buena excusa, pero sirvió. Mientras Fénix, Jota y Ash están aún en la furgoneta -o se han ido, no lo sé-, le cuento todo a Ebby acerca de que necesito quedarme con ella esta noche, y que necesito de su ayuda para llamar a mis padres.

-¿Por qué no los llamas tú? -me pregunta.

-Porque, si lo hago, no dejarán de hablarme y preguntarme cosas y ni siquiera me escucharán -y muy probablemente me convencerían de que vuelva a casa.

-Todavía no entiendo por qué no quieres volver a tu departamento -dice, mientras sus ojos oscuros se tornan confundidos y tristes a la vez.

-Tuve una pelea con mi mamá, Ebby, ¿de acuerdo? -Respondo con confianza, porque en parte es cierto-, y no estoy lista para volver.

Parece dudar un instante, mientras se muerde el labio.

-Está bien -responde al cabo, luego de un corto rato de silencio y un suspiro de derrota.

Ebby se acerca a su celular, que está yaciendo sobre su cama color naranja y rosa, y marca un número con sus uñas largas y celestes.

Antes de comenzar a hablar cuando la atienden, me echa una mirada de soslayo.

-¿Sí? Hola, Señora Jehnsen... Sí, todo bien, ¿y ustedes?... Ah... -Ebby alza los ojos de vez en cuando para observarme, mientras le da vueltas con un dedo a un rizo negro que le cae en el hombro- Hablando de eso... quería avisarles que Audrey está aquí conmigo y... Sí, sí, sí está bien, ella... No, ella me pidió que hablara yo con ustedes... porque ella no está aquí todavía -añade, cuando le hago señas de que no quiero hablar con ellos-, pero vendrá a quedarse a dormir... Sólo quería dejarles bien en claro que se encuentra bien, que sólo quiere pasar unos días conmigo aquí en mi casa... Sí, es lo que ella quiere... Era para contarles que me pidió estar conmigo unos días y que luego volverá a su casa, sólo quiere estar unos días sola, pero se encuentra bien... De acuerdo... Sí, está bien aquí conmigo, mi familia no tiene problemas con ello... Sí, Señora... Sí, irá a la escuela mañana conmigo, y me pidió que por favor no vayan porque luego se volverá conmigo también... Sí, Señora, sólo unos días, eso dijo... Está bien, de acuerdo... Gracias, Celine, y gracias por entenderla... Sí, adiós.

-¿Qué dijo exactamente? -me lanzo hacia su lado.

-Es sorprendente lo mucho que confía en ti, chica -ladea la cabeza-. Casi ni me preguntó por qué te habías ido. Pero sí me dijo que te diga que vuelvas pronto a casa, que quiere hablar contigo.

Ignis: Todos ardemos alguna vez | #1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora