Capítulo 6 (Parte 2/3)

8.5K 866 52
                                    

EDITO: ESTA PARTE ES NUEVA PORQUE DECIDÍ DIVIDIR EL CAPÍTULO 6 QUE ERA LARGUÍSIMO. TAL VEZ NO TE ENCUENTRES CON LOS VIEJOS COMENTARIOS. 

 Me sobresalto cuando noto que alguien me está sacudiendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 Me sobresalto cuando noto que alguien me está sacudiendo. Sin pensarlo demasiado, suelto un manotazo y Clark saca el brazo repentinamente.

—¡Perdón!

—Vaya brazo —ironiza—. Anda, ayúdame a bajar las cosas del baúl.

Me restriego la cara con las manos y salgo lo más concentrada que puedo. Clark saca dos enormes bolsas y se va dejándome con unas cuatro cajas por bajar. No sé cómo pretende que lo haga, pero lo intento. Tomo una y la envuelvo con un brazo, y luego trato sacar la otra con mi mano libre. Casi lo logro, después de unos dos o tres intentos, pero dos nuevas manos aparecen de la nada y la levantan dejándola en mi brazo.

—¿Necesitas ayuda? —pregunta Fénix.

Me cuesta contener el resoplo que se muere por salir de mis labios.

—No —le respondo. No me gusta el tono burlón y superficial que utilizó—, ¿y tú cuándo llegaste?

—Acabo de hacerlo, cariño —se inclina sobre el baúl y toma las dos últimas cajas, que de hecho son más grandes que las que yo llevo encima—. Creí que necesitabas ayuda —hace una pausa—. De nada.

Toma las cajas de la misma forma en que yo lo hago y el músculo del brazo se le tensa al hacerlo. Me percato de una vena rebelde cuando aparto la mirada, él se encarga de un paquete más y cierra el baúl con la mano libre y suma delicadeza.

¿Qué sigo haciendo aquí? Me doy la vuelta y voy directamente hasta la casa, notando cómo Fénix viene pisándome los talones. Clark sale de la casa justo en el momento en que llego a la puerta, paso a su lado y entro dejando todo en el suelo. Veo hacia atrás y me encuentro con que Fénix le está estrechando la mano.

Él me mira por un segundo y entonces Clark se da la vuelta, todavía saludándolo.

—Fénix —dice Clark soltándole la mano—. Ella es mi hija, Audrey.

Estoy a punto de abrir la boca y decirle que ya nos hemos presentado, pero entonces Fénix dice:

—Mucho gusto, Audrey.

Arqueo las cejas y él sonríe, con gracia. Noto que me ha ofrecido la mano así que se la tomo y la estrecho sólo por un segundo.

—Claro —respondo.

Me doy la vuelta y me largo hacia la cocina. Dejo a Clark hablar con Fénix de quién sabe qué y sigo caminando por un pasillo; ojalá Clark esté con él el resto del día, porque de verdad no sabría cómo actuar si me piden trabajar con Fénix.

Cuando encuentro la cocina, no muy lejos, mamá me observa veloz y me llama para ayudarla. Me acerco, sintiendo cómo comienza a picarme la nariz: todas las encimeras, alacenas y demás muebles están llenos de polvo y suciedad. Gracias a eso nos pasamos una hora limpiando y barriendo la cocina, lavando platos que han estado guardados durante mucho tiempo, sacando las cosas que se han roto o no sirven y poniéndolas en paquetes vacíos. Al cabo de terminar, me duelen los brazos de tanto mover y levantar cosas... sobre todo las condenadas cajas.

Ignis: Todos ardemos alguna vez | #1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora