CAPÍTULO TRES

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Llegué a St Vladimir durante la tarde humana, la noche estaba empezando para los vampiros, las clases comenzaban luego de este fin de semana, iba a haber un montón de viajes durante el día, horas en que las familias no podían ser atacadas. Mi padre había enviado a uno de sus guardias contratados para que me acompañase y ayudase con mis cosas, me ayudó a llevar mis bolsos y cajas a la habitación, como éramos pocas chicas que estudiaban para ser guardianes tenía una habitación sólo para mí.

Cuando me había despedido de mis padres, ese día más temprano, habíamos quedado con un sabor amargo no sabiendo lo que se nos venía por delante luego del incidente con el Strigoi, estábamos casi seguros de que toda la escuela ya sabía de eso.

Una vez q tuve mis cosas más o menos ordenadas decidí salir a caminar por el campus, vi como los guardianes recorrían el lugar, faltaban unas pocas horas para el toque de queda, pero con la emoción de no haberse visto durante las vacaciones todo St Vladimir era un hervidero de conversaciones y emoción.

- hey Fangs!

Escuché ese nombre y me tensé, seguí caminado como si nada, "colmillos" es como me decían mis compañeros Dhampirs, pero esta vez me causaba menos gracia que nunca, ya que más que destacar mi diferencia me hacía recuerdos del incidente del club.

- Astakhov espera!

Me detuve y giré de improviso, logrando que Mason, mi compañero que me había gritado el sobrenombre, casi chocase conmigo

- Pensé que no me habías escuchado – me dijo dándome un sonoro beso en la mejilla

- Te escuché la primera vez, pero no me dio la gana de hacerte caso – le dije comenzando a caminar otra vez

- Y yo que pensé que las vacaciones te iban a hacer más adorable – suspiró

- No pidas milagros, además eso es parte de mi retorcido encanto – le hice una mueca

- Eso y otras cosas más puntiagudas...

Le encaré, esta vez quedo literalmente encima de mí

- No empieces con tus jueguitos de doble sentido – le grité

- Era solo una broma – me dijo levantando las manos

- No estoy para bromas... menos ahora – miré el suelo

- Es por lo del club? – me lanzó de golpe

- Que sabes del club? – le pregunté abriendo los ojos un poco horrorizada de que en verdad toda la historia hubiese llegado a la escuela

- Que atacaron los Strigoi y que estuviste allí con la chica Ivashkov, que le pateaste el trasero – me dio un golpecito en el brazo

- ... - me quedé muda, al menos no se sabía lo demás – seehhh... así fue más o menos – dije quitándole importancia y volviendo a caminar, a estas alturas ya ni sabía dónde iba

- Y que tal fue? – quiso saber – no a todos nos ha tocado encontrarnos con un Strigoi

- Fue... extraño... la verdad es que no quiero hablar de eso – le dije viendo su cara expectante

Llegamos a unos bancos que quedaban bajo unos árboles en los lindes de la Academia, me senté y deje caer mi cabeza hacia atrás para ver las estrellas por entre las ramas, era una noche agradable y luminosa, me gustaba la noche, siempre había funcionado mejor en ese horario, a diferencia de todos mis compañeros que se quejaban por no estar al sol, yo no tenía problemas en andar de noche.

- Estas bien? – me preguntó Mason mirándome inquisitivamente – te hiciste daño esa noche?

Lo mire directamente, creo que nadie me había preguntado eso, me extrañé, no pude evitar que se me cayese una lagrima

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