CAPÍTULO VEINTITRÉS

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(*)

Tomé la estaca y la clavé otra vez en el cojín, había improvisado algo para practicar con una silla apoyada en la pared y cojines, por lo que la habitación estaba repleta de plumas y relleno, mi pieza estaba empezando a ser un desastre a todo momento. Estaba concentrada en ello, me había saltado la cena sólo porque tenía el estómago revuelto de pensar en la Reina Tatiana, bueno si ella supiese algo me habría mandado a llamar también? Ella era una persona extraña, nunca se sabía cómo iba a reaccionar a las cosas, y bueno, probablemente me tendría encerrada en algún calabozo húmedo y lleno de ratas cuando supiese que su sobrino estaba conmigo, me lancé en la cama y puse los brazos sobre mi cara, estaba pensando en clavarme la estaca a mí misma para detener mis pensamientos, de pronto alguien golpeó la puerta... Me levanté de la cama como un rayo y abrí la puerta, allí estaba Adrian.

- Por San Vlad! - le dije y lo abracé

- Me has extrañado? - me dijo caminando al interior de la habitación conmigo entre sus brazos

- Moroi malvado - le dije dándole un golpe en el pecho

- Ouch! - se quejó - que hice? - preguntó con inocencia

- Y tienes el descaro de preguntar?! - dije medio desesperada, le apunté con la estaca que aún tenía en la mano - luego de todo lo que pasó hoy me entero de que te ha llamado la Reina, nada más y nada menos que la Reina - respiré para tranquilizarme - y no me avisas, y yo pensando que no volverías porque se había enterado de lo nuestro y...

Me calló con un beso, al principio me paralicé, pero luego me dejé llevar, sus besos me hacían olvidar lo que pasaba a mi alrededor y en el mundo, me quitó la estaca de la mano y la dejó sobre el escritorio mientras me empujaba hacia la cama... nos desnudamos en cosa de segundos y nos entregamos el uno al otro, besé su cuello con desesperación, ansiaba su dulce y real sangre, por lo que no me frené y enterré mis colmillos en su cuello, sentí que soltó un gemido, cuando me alejé le di un suave beso en los labios y le ofrecí mi sangre, obviamente no se negó... terminamos exhaustos sobre la cama.

- Fue una buena forma de disipar mis temores - le dije cuando luego del éxtasis del sexo y la sangre pude hablar

- Tía Tatiana no sabe nada - dijo para tranquilizarme y me aferró más cerca de su cuerpo - era para hacerme una invitación

- Una invitación? - quise saber, aunque pensándolo bien se acercaba fin de año y sus celebraciones - es por Navidad?

- Sí, pero le dije que no iría - me dijo relajado

- Y ella no puso reparos? - pregunté extrañada de que hubiese podido negarse a una petición de la Reina

- Me preguntó las razones y le di evasivas - explicó - aunque le prometí que iría a la cena de Año Nuevo

- Wow... una cena real - le dije con un escalofrío

- Me dijo que podía invitar a alguien y...

- Para Ivashkov! - le interrumpí levantándome un poco para mirarlo directamente a la cara - si esto es un secreto no creerás que me apareceré contigo en una cena así - estaba al borde de la histeria

- Sería una buena forma de dejarlos impactados - me dijo aferrando mi cara y dándome un beso

- No me convencerás de esta forma - le dije alejándome

- Bueno, sabía que dirías que no, por ello pasaré aquí Navidad, para estar contigo - me miró a los ojos intensamente

- Te adoro... eres una ternura cuando quieres serlo - le sonreí

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