CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO

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- Sev - escuché decir a Dimitri - estamos por llegar

Había logrado dormir profundamente en el asiento trasero del coche, aunque me dolía todo el cuerpo por la posición en que había quedado, por lo que me estiré lo mejor que pude y restregué mis ojos.

- Qué hora es? - quise saber

- Son cerca de las 10 de la noche - contestó Danila

- Claramente es de la noche sino habría un sol enorme - hice notar

- Veo que has despertado con tu carácter habitual - dijo Danila con una sonrisa

- Tendremos que vigilar la zona - dijo Dimitri cortando nuestra conversación

Estacionó el auto en un lugar apartado, sacó un mapa de la guantera y salió, con Danila lo seguimos, una solitaria farola iluminaba estratégicamente el capó del coche, en donde extendió el mapa y comenzó a señalar lugares.

- En estos tres sitios - dijo Dimitri - han desaparecido personas la última semana, según mis informantes la guarida de estos Strigoi debe estar en los alrededores

- Y cómo vamos a encontrarlos esta noche? - quise saber

- Hay una fiesta masiva aquí - dijo apuntando un punto en el mapa

- Eso está bastante cerca de donde han sido todos los ataques - convino Danila

- Esto de las fiestas no me trae buenos recuerdos - dije y un escalofrío recorrió mi espalda

- Esto será diferente - me animó Danila - sabes que estaré cerca y no dejaré que nada te pase

Le sonreí a Danila y capté la mirada de Dimitri, por lo que me puse seria.

- Tomen, he traído esto - dijo Dimitri entregándonos a cada uno una especie de aparato para ponerse en la oreja

- Es un intercomunicador - dije emocionada - pensé que no iba a ocupar uno hasta después de la Promesa

- Bueno, es tu día de suerte - dijo Dimitri

Quedamos en que íbamos a entrar juntos al club y luego nos separaríamos buscando algún Strigoi y salidas alternativas.

- Creo que será un poco extraño que no nos reconozcan si vamos con estas ropas - hice notar

- Vas a ver que nos vamos a mezclar con el resto, por lo que me han informado, al antro al que vamos es de tendencia gótica o por el estilo - dijo Dimitri

- Que ocasión más propicia para tener colmillos – sonreí

- Creo que es mejor que te sueltes el pelo - dijo Danila

Él se acercó y sacó las bandas que sujetaban el final de mi trenza, la deshizo y luego soltó mi cabello, mi cabeza quedó rodeada de mi abundante y ahora semi ondulada mata de pelo.

- Ahora perfectamente podrán sujetarme del cabello - dije no muy convencida del arreglo

- Pero Danila tiene razón, pasarás más desapercibida - acordó Dimitri mientras se sujetaba el cabello en una pequeña coleta

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Pasar por la seguridad del club fue más fácil de lo que pensé, considerando que los tres llevábamos ocultas nuestras estacas de plata, aunque estoy segura que Dimitri perfectamente podría haber llevado un hacha a plena vista y aun así no se la hubiesen arrebatado. Como habíamos planeado, nos separamos nada más entrar al club, el aire dentro apestaba a sudor, alcohol, cigarrillos y drogas, todo eso acompañado de una humedad y calor sofocante, por lo que me saqué la chaqueta atándola en mi cintura, quedé vestida con mis ajustados pantalones negros y una polera sin mangas del mismo color.

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