CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE

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Dimitri y Danila tomaron a los dos Strigoi y los dejaron detrás de unos contenedores de basura en donde les llegaría el sol apenas saliera en un par de horas. Me acerqué a ellos, tomé un trozo de ropa del chico Strigoi y lo guardé en mi bolsillo. Cuando nos alejamos un poco de los cadáveres ambos se giraron a mirarme.

- Qué? - les dije al ver sus miradas fijas en mí

- Tus ojos... - dijo Dimitri

- Apuesto a que están rojos otra vez - dije con un suspiro

- Pero no como los de un Strigoi normal - dijo Danila - puedo???

Supe que quería acercarse, pero que me pedía permiso, sabía que no me gustaba que se me acercaran demasiado desde el incidente con Adrian, y se veía que estaba loco por ver mis ojos de cerca.

- Pueden acercarse, ambos - les dije - no siento necesidad de beber más sangre, me siento bien

Danila se acercó y tomó mi cara entre sus manos, me miró directamente a los ojos.

- Definitivamente no son como los de un Strigoi - dijo Danila

- Tienes razón - dijo Dimitri que estaba a su lado - los de ellos tienen un círculo rojo al rededor del iris

- Y los míos? - dije con curiosidad

- El iris es completamente rojo - contestó Dimitri

- Es como que te hubieses puesto lentes de contacto - explicó Danila

- Es una buena excusa si es que el color no se va de aquí a unas horas - dije con una sonrisa

En ese momento Danila me observó más detalladamente, no solo los ojos, sino que cada detalle de mi persona, fue imposible no ruborizarme.

- Te ves horrible - dijo medio preocupado

- Gracias – sonreí, al ver su cara agregué - he estado peor

- No, Danila tiene razón, vamos al auto para poder revisarte - dijo Dimitri

Cuando llegamos al auto Dimitri hizo que me sentara en el capó mientras revisaba mi cabeza, al parecer el tirón de pelo que me había dado el Strigoi había sido más fuerte de lo pensado.

- Dije que era una mala idea eso de andar con el pelo suelto - hice notar

- Al menos son solo unos mechones arrancados, te dolerá un poco – me previno Dimitri untando alcohol en un algodón y pasándolo por mi cabello

- Debo decir que no me duele, solo arde un poco – comenté

- También tienes unos cortes feos en tus brazos y piernas - dijo Danila - y creo que los puntos de tu sien se soltaron

- Son cosas que pasan – aseguré, mi humor siempre era excelente después de beber sangre de Strigoi

- Debimos haber pensado en traer un cambio de ropa - dijo Dimitri como recriminándose a sí mismo

- Es cosa de que me ponga la chaqueta y la mayoría del daño pasará desapercibido - dije de forma alentadora como una opción

- Además, vamos a llegar de día, no debiese haber mucha gente despierta - convino Danila

Mientras Dimitri atendía mis heridas un mareo me envolvió, tuve que aferrarme de sus hombros para no caer.

- Estas bien? - dijo preocupado

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