CAPÍTULO TREINTA Y UNO

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Vi que se acercaba Danila, por lo que fui en su encuentro.

- Tienes cosas interesantes en tu habitación - me dijo con una sonrisa

- Sabía que encontrarías mi copia del Kamasutra - le dije moviendo la cabeza

- Jajaja - dijo sin poder evitar reírse - sólo tomé la pulsera

- Gracias - le dije, estiré mi mano para recibirla, pero él la abrochó en mi muñeca

Nada más la pulsera rozó mi piel me sentí mejor, aún notaba el cansancio, pero al menos el mareo había pasado.

- Cuídate y tomate la noche con calma - me dijo alejándose

Volví donde estaban los demás, Adrian me miraba con cara extraña

- Me dijiste que estabas bien - me dijo al notar que llevaba la pulsera

- Sólo estoy cansada - dije sincera

- Por mentirme tendrás que bailar conmigo - me dijo Adrian tomándome de la mano

- Estás loco? - le dije intentando soltarme, pero me aferraba con fuerza

- Sólo es un baile Sev, los amigos bailan - me dijo llevándome al centro de la pista

Había unas cuantas personas bailando, era un baile lento, olvidé que todos podían descubrir nuestra relación, aparte dos amigos perfectamente podían bailar, como bien había dicho Adrian, por lo que puse la mejor de mis sonrisas, puse una mano en su hombro, con la otra aferré la de él, y nos unimos a aquellos que ya estaban danzando en medio del salón.

- Que es lo que tienes? - me preguntó mientras bailábamos

- No quiero preocuparte por nada - le dije desviando la mirada de sus hipnóticos ojos verdes

- Te has sentido enferma? - me dijo mientras me hacía dar una vuelta

- Mareada para ser precisos - le dije aferrándolo por los hombros

- Algo más? - quiso saber mirándome a los ojos

- Estoy cansada, mareada, a veces a punto de desmayarme - le dije, me moría por abrazarlo

- No será que... - lo vi tragar saliva pesadamente - que estás... - me miró el estomago

- Estás loco!!! - le dije medio gritando, algunas personas nos miraron, dejamos de bailar

- Es una posibilidad - me dijo nervioso

- Adrian - le dije tomando su cara entre mis manos - estoy así porque le di energía a Izz, mi cuerpo aún no se acostumbra a ello, no es por otras razones, no te preocupes por cosas que no son

Le miré intensamente, él tomó mis manos y las besó, en ese momento perfectamente podría haberlo abrazado por pura ternura que me dio al ver su cara por la posibilidad que se le había pasado por la cabeza, de pronto caí en la realidad del baile y me alejé un paso

- Más tarde podremos hablar de esto - le dije

- No puedo esperar a que sea la hora - me dijo

Fui a sentarme junto a Izz

- Eso ha sido muy obvio? - le pregunté poniendo mis manos en la cara

- Cualquiera que lo hubiese visto habría pensado que te había ofrecido alguna propuesta indecente - me dijo ella riendo

- No pude evitarlo, su ocurrencia fue más poderosa que el sentido común - le dije suspirando

- Como sea, al menos no se vio muy en plan romántico - me tranquilizó Izz

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