BloodCurse

CAPÍTULO CUARENTA Y TRES

Cuando Adrian salió de mi rango visual fui incapaz de controlar los sollozos, por lo que en vez de ir a clases corrí al grupo de árboles más cercanos, me senté en el suelo abrazándome por las piernas y rompí a llorar.

No sé cuánto tiempo estuve allí, sólo que estaba tan cansada que podría haberme dormido en el lugar, pero era hora de seguir adelante.

- Esto es algo que yo hice, me merezco el sufrir, pero nadie puede saber eso - dije en voz alta para darme fuerzas

(*)

Desde el momento en que terminé mi relación con Adrian me convertí en una experta en las caretas, era la única forma de que no se dieran cuenta de que estaba rota por dentro.

Nos habían citado a todos en el gimnasio, iba a empezar el ejercicio de defensa con los Moroi, por lo que las clases se suspendían y nos dedicábamos a las tareas de ser Guardianes por completo, lo cual debo decir que fue un alivio, ya que el ver a Adrian ebrio en las clases de magia no mejoraba para nada mi culpa, odiaba verlo de esa manera, pero prefería que respirara a que dejara de hacerlo por mi culpa.

Cuando íbamos camino donde eran las elecciones de Moroi y Dhampir pasó Adrian cerca, andaba muy acaramelado con una niña que no logré reconocer, pero que se notaba que emanaba su adoración por él hasta por los poros.

- Así que al fin el chico Ivashkov se aburrió de la basura

La voz de Paloma llegó como veneno a mis oídos, las lágrimas que luchaban por salir se secaron al instante, me di vuelta a ver a Paloma poniendo mi mejor cara de póker.

- No tienes nada mejor que hacer que meterte en la vida de los demás? – dijo Izz representando toda la rabia por ambas

- No pierdas tu tiempo haciendo entender a alguien a quién las neuronas no le alcanzan – le dije a Izz apresurándonos al gimnasio

- No dices nada porque sabes que tengo razón – grito Paloma tras de mi

- No digo nada porque no tengo que discutir este asunto contigo – contesté

Cerré mis oídos a cualquier otra cosa que dijera esa chica, sino mi impuesto autocontrol se iría a dar un paseo a la estratosfera.

- Estas segura que estas bien? - me preguntó Izz una vez que nos sentamos en las graderías

- Totalmente – mentí

- No te creo nada, puede que tu cara engañe a todos, pero sé lo que tu aura dice, y no era necesaria la intromisión de Paloma para ver que la actitud de mi primo te molestó - me dijo mirándome fijamente

- Es Su vida, no puedo hacer nada al respecto con sus decisiones, en cuanto a mi aura – dije como si nada - debes de estar leyendo mal los colores

- Qué fue lo que pasó entre ustedes para que llegaran a esto? Qué te hizo Adrian? Qué le hiciste tú? - preguntó un poco brusca

- Adrian no me hizo nada - aseguré - es otra cosa, simplemente no quiero estar con él – omití olímpicamente si yo le había hecho algo

- Sigo sin creerte...

Afortunadamente en ese momento Stan llamó al orden y todas las conversaciones cesaron, nunca había estado tan agradecida de que nos mandaran callar.

- Ahora que tengo su atención – dijo Stan medio molestó – les explicaremos en que consiste el ejercicio que se llevará a cabo por las próximas cuatro semanas

- Como saben – siguió Roberta – durante este ejercicio los estudiantes Moroi aquí presentes, todos correspondientes a último año, tendrán la responsabilidad de elegir a uno de sus compañeros Dhampir para ser su Guardián