CAPÍTULO DIECINUEVE

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(*)

Me despertaron unos insistentes golpes en la puerta, la habitación estaba sumida en la oscuridad, poco a poco fui prestando atención a los detalles, estaba acostada sobre mi estómago, a mi lado estaba Adrian, lo abrazaba con un brazo, los recuerdos de la noche anterior me hicieron esbozar una sonrisa, fui sacada de mis pensamientos por otra ola de golpes en la puerta, intenté pensar en quien podría estar interrumpiendo mi descanso un sábado... sábado! Mierda, me senté en la cama de golpe y cubrí mi cuerpo con una sábana que estaba a medio caer, era sábado, debía de haber ido a entrenar con Danila, como si supiera que está pensando en él, escuché su voz

- Astakhov! - dijo a través de la puerta - estás ahí?

- Mierda! - dije por lo bajo - Adrian! - intenté despertarlo

El despertar a Adrian, cuando no está en plan de tener sexo desenfrenado, era algo casi imposible, intenté remecerlo, pero no hubo caso, solo se dio media vuelta y se acomodó, dormía como un roble

- Por San Vlad... despierta, Adrian! - le pedí en un susurro desesperado

Me detuve intentando pensar que hacer, mientras me levanté de la cama y me puse la bata, no me iba a quedar de otra que hablar con Danila

- Ya voy! - le dije a modo de que dejase de aporrear la puerta

Hice una inspección rápida de la habitación, desde la puerta sólo se veía mi escritorio, por lo que podría hablar con Danila sin que viene lo demás, hice una rápida recolección de la ropa que estaba tirada por ahí y abrí

- Llevo llamándote una hora! - dijo Danila al verme, me inspeccionó de arriba abajo, no creo que se haya imaginado que estaba desnuda bajo la bata

- Lo siento, me quedé dormida... fue un... día agotador ayer - le dije a modo de explicación refiriéndome a la fiesta

- Puedo verlo... has pasado por alto el entreno - me dijo con reproche

- Lo siento, no escuché el despertador - dije a modo de disculpa - si quieres podemos ir a entrenar, como en una hora?

- Pensé que ibas a pedir pasarlo por alto - me dijo con una mueca que se asemejaba mucho a una sonrisa

- Lo prometido es deuda - le dije a modo de zanjar el tema y se fuese rápido - trato es trato

- Ok - me dijo - igual tengo algo para ti

- Como un regalo? - dije con una sonrisa

- Veremos si lo mereces - me dijo dándose la vuelta y comenzando a irse

- Ouch! eso fue un golpe bajo, ayer fue mi cumpleaños - le recordé medio gritando

- No fui yo quien se quedó dormido - salió de la vista

Cerré la puerta aliviada, al menos no había notado nada raro, o al menos no lo había demostrado, prendí la luz del escritorio y me acerqué a la cama, debía despertar a Adrian

- Adriaaaaaaan - le dije cantarinamente acariciando su pelo

- ... - dormía aun

- Hola... buenos días! - puse mi mano en su cara

- ... - seguía durmiendo

- Despierta - le dije un poco más fuerte

- ... - nada

- Que desesperante eres - le dije, aunque sabía que no podía escucharme

Opte por dejarlo durmiendo, no quería perder mi paciencia con su capacidad supernatural de mantenerse dormido, por lo que fui a tomar una ducha, me miré en el espejo, me fije en el cuello, allí al lado derecho cerca del hombro estaba la marca de la mordida, tenía un poco de sangre seca, la vi y sentí cosquillas en el estómago y una sonrisa se dibujó en mi rostro, entré a la ducha con una sensación de tranquilidad que no había experimentado antes, el cuerpo me dolía, pero valía la pena, esta ocasión había sido perfecta.

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