Capítulo 17: Cuidado con las pelirrojas

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Dentro de la empresa Oro, los tacos de una chica se escuchan caminar por el pasillo, se detiene y da unos golpecitos en la puerta de una oficina, no se oye contestación pero entra igual.

― Roxanne ― exclama Luka y corta el teléfono por donde hablaba ― ¿Ya esta hecho?

― Si, salió corriendo para su casa.

Él sonríe.

― Excelente, bueno, que no me culpen, después de todo, la información es real, vieja pero real.

― ¿Enviaras el otro paquete a tu primo? ― refiriéndose a Joaquín.

― Tranquila, despacio, nos desharemos de sus escoltas, pero iremos de apoco ― se para y se acerca a ella agarrándole el rostro.

La pelirroja cruza sus brazos por el cuello de él.

― Lo sé, soy muy apurada, pero me gusta ver a la gente sufrir ― saca una sonrisa retorcida.

― Eres tan mala ― la besa.

En la mansión Being, Joaquín se había ido a su empresa, parece que su padre decidió arreglar las cosas con él, así que fue enseguida.

Mariana mientras tanto, por su parte, ahora que estaba sola, aprovecho para llamar a Eliot y comentarle sobre su visión, aunque recibió una extraña contestación de su parte.

― Siento haberte dado una idea equivocada de nuestra relación ¿Podrías llamarme en mi horario de trabajo? No quiero que Jazmín piense que coqueteo con otra chica, lo siento ― se disculpó y corto.

Mariana quedo tonta, ahora entendía porque él siempre la ayudaba tanto, reacciono y se largó a reír, aunque no duro mucho, el celular comenzó a sonar, ella atendió enseguida.

― Hola, mi nombre es Roxanne, trabajo en la empresa de tu prometido, quería advertirte que Dylan fue para tu casa.

― ¿Eh? ¿Advertirme? ― queda confusa.

― Si, parece que estaba muy enojado contigo, te aviso porque en parte fue mi culpa.

― ¿Tu culpa?

― Si, veras...

Mariana mira por la ventana y divisa a Dylan, logra verlo de lejos y en efecto, parecía muy enojado, camina a la puerta muy rápido, llega tocando el timbre varias veces. Mariana reacciona.

― Ya está aquí, voy a ver, gracias por avisarme.

― No, por nada ― y cuelga.

Samanta lo deja pasar y Mariana camina hasta la sala de entrada.

― ¿Qué sucede? ― ella le pregunta.

― Lo mismo podría preguntarte yo ― le entrega el viejo contrato mirándola con un ceño fruncido.

Entonces lo lee.

"Cancelación de sucursal en Estados Unidos..."

Baja su vista al final del papel y lo ve.

"...Responsable inscripto: Elizabeth Florencia Being"

― Yo... ― se queda observando el contrato, no puede negarlo, Elizabeth había cancelado aquello, estaba en uno de sus recuerdos.

― Ese año mi hermana había muerto y decidí irme pero mágicamente, sin saber porque, se canceló el trato, ahora lo veo, eres incorregible.

Mariana levanta la vista.

― No sé qué responderte ― se pone nerviosa.

― Exijo cancelar el compromiso.


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