Capítulo 25: Macabra realidad

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Esa tarde, Mariana llega a donde esta Santiago.

― ¿Qué es esto? ― exclama al ver el lugar que reconoce enseguida.

Una casa destruida, vieja, deshabitada, escrita con unas marcas extrañas en la puerta, un cartel de "Alquila" roto y una sensación tétrica, esa vivienda era... era la casa donde la madre de Mariana había muerto, estaba cambiada y descuidada, pero era esa casa.

Santiago la mira serio y le explica.

― ¿Recuerdas que fui al cementerio a ver la tumba de la madre de Mariana? Pues... era porque no encontraba la suya, pensé que estaría junto a la de su mamá, pero me equivoque, estaba en un lugar de niños ricos como tú.

Mariana se sobresalta.

― ¿Eh?

Santiago había estado averiguando, la incertidumbre le estaba carcomiendo la cabeza, decidió comenzar una exhaustiva investigación con algunos contactos, pocos pero que le sirvieron.

― ¿Continuo? ― le dice él.

― Si, por favor.

― Entonces me pareció extraño e investigue más ― su cara seria seguía en el ambiente ― mi novia se mató... pero no solo porque estaba mal emocionalmente...

― ¿Estaba mal? ― lo interrumpió intrigada.

― Sufrió una situación turbia unos días atrás, pero creo que la influenciaron para que le pasara algo peor ― entonces señala la casa ― algo peor que sucedió aquí.

― ¿Aquí me suicide? ― se da cuenta, se corrige ― perdón, digo ¿aquí se suicidó Mariana?

― Lo ocultaron bien, pero si, este es el verdadero lugar donde habían encontrado el cuerpo, no donde le habían dicho a todos que era a las orillas del rio.

Mariana queda impactada, se mató en el mismo lugar donde había muerto su madre, aunque lo más extraño era lo que había escrito en la pared arriba de la puerta, signos al parecer de brujería.

Camino directo hacia allí, quería saber más, aunque cada vez que se acercaba , paso por paso a la puerta de entrada, sentía dolor, oía voces de recuerdo, le daba miedo entrar.

Santiago la detiene.

― ¿Vas a entrar?

― La manija está rota, es fácil, solo abriré y echare un vistazo, solo uno pequeño ― su boca temblaba al decirlo.

― Entonces entrare contigo.

Ella asiente, ya no puede hablar más por los nervios.

Dentro, había más marcas, dibujos rojos que parecían sangre, escrituras macabras que daban miedo, el lugar donde había muerto, era un infierno compactado en la habitación.

Mariana siente el dolor, se toca el estómago.

― Ahí... ahí me clave ― susurra tan bajo que Santiago no la oye.

Él estaba concentrado y también muy impactado, estaba ensimismado en sus pensamientos al igual que ella.

A Mariana se le cae una lágrima y sigue susurrando como un hechizo maligno que la hace recordar por partes.

― Dolía... dolían más mis pensamientos que haberme clavado... ¿Por qué? Porque lo hice... una y otra vez... dolor, sangre.

Visualiza a una mujer adelante de un círculo que esta dibujado en el medio de la habitación sobre el suelo, una visión donde recuerda a la bruja diciendo palabras extrañas, una anciana mujer que no se le ve el rostro.

Reencarna solamente una vez (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora