Capítulo 34: Pasado revelado "trato"

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Al escuchar su nombre en los labios de Dylan, el corazón de Mariana salta de felicidad, las mariposas en el estómago revolotean mucho y los sentimientos vuelan por todas partes.

Entonces una corriente le recorrer por todo el cuerpo a ella y siente una extraña sensación... la voz de Liz se escucha bien en el fondo de su cabeza pero bastante perceptible.

"Es el momento"

De pronto Mariana se desmaya... y empiezan varios recuerdos a la vez de ambas.

― ¿De verdad me vas a dar trabajo? ― la rubia alegre decía en el recuerdo.

― Claro Mari, para eso estamos las amigas ― Liz le sonríe.

― Gracias ― Mariana la abraza.

― ¡Ah suéltame!

― ¡Pero es que estoy tan feliz! Eres una buena persona...

Elizabeth la aparta.

― No digas estupideces.

Luego del recuerdo alegre salta a un momento malo. Mariana corre por la vereda a altas horas de la noche.

― ¡Ag! Es tarde ― dice ella al ver la hora para regresar a su casa, un barrio no muy agradable.

El suceso no ocurre allí, solo cerca de ese lugar. Toma un atajo y equivocadamente pasa por un callejón.

― Hey rubia ― dice un chico bastante grotesco que se pone en su camino.

― Déjame pasar ― ella exige.

― No es muy bonita pero... ¡Que importa! ― aparece otro por detrás.

Un tercero también viene y tiene un cuchillo.

― Yo quiero jugar ― sonríe maliciosamente ― ¿Tienes dinero o me vas a dar otra cosa? ― él ofrece.

La situación se volvía tensa.

― No... no tengo ― todavía no había cobrado el primer sueldo y aunque Liz le había ofrecido pagarle por adelantado en la empresa, ella lo rechazo.

El del cuchillo la empujo contra la pared, la manoseo buscando el dinero.

― No tiene nada, entonces supongo que...

La sangre del golpe cae lento, la había golpeado muy fuerte en la frente, abrió los ojos al reaccionar y escuchar sus palabras, comenzó a llorar, sus lágrimas se mezclaron con la sangre, junto con el dolor emocional y físico.

― Si no quieres, yo con gusto ― sonrió el segundo.

― ¿Quién dijo que no quiero? ― se da vuelta mientras su brazo la empujaba contra la pared.

Cuando su mano volvió a acercarse para volver a tocarla alguien lo interrumpió.

― Aléjate de ella.

Todos se dieron vuelta para ver quien molestaba su diversión.

― ¡Guau! ― dijo uno, los otros solo quedaron con la boca abierta.

La Flor de Lis estaba en frente de ellos, no la conocían pero su belleza impactaba a cualquiera. El del cuchillo soltó a Mariana.

― Si quieres cambiar por ella yo no me quejo ― sonrió ― aunque supongo que no necesito tu permiso ― se acercó hasta ella y la agarro de la cintura. Elizabeth solo le sonrió.

― No... Liz... huye ― llego a decir Mariana, no podía ni hablar por el golpe y las lágrimas. Ya estaba en el suelo por el dolor.

― ¿Te llamas Liz? Que linda ― el chico siguió sonriendo.

Reencarna solamente una vez (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora