Capítulo 48

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NARRA _____

Salía del baño de la mansión impaciente por que Manuel llegara y acabara con todo este misterio que me comía por dentro. La directora del orfanato y su ayudante ya no estaban, así que ya no puede venderme.... ¿cierto?

Caminaba de regreso hacia la sala cuando una extraña voz masculina me llamó la atención de repente. Parecía más un quejido que un grito, pero aun así me asustaba lo fuerte que se oía, como si alguien intentara gritar con la boca... tapada...

Corrí hacia la dirección en donde se escuchaba ese extraño gemido sin detenerme. Cada parte de mí estaba segura de saber de qué o de quién provenía esa familiar voz.

Sentía la adrenalina y el miedo recorrerme cuando lentamente abría la puerta de una de las habitaciones de fondo de la mansión, una que no había notado antes ya que parecía estar oculta tras un largo pasillo.

Cuando por fin pude abrirla por completo y entrar al oscuro cuarto los gemidos pararon. Mis manos temblorosas comenzaron a sudar y mis labios temblaban sin detenerse. Quise gritar su nombre, pero de tan sólo imaginar su cuerpo atrapado o lastimado mi garganta se anudó, impidiéndome hablar.

____- ¿Adrián?... -- susurré.

Mientras caminaba sin poder ver nada por toda la oscura habitación con los brazos al frente para no chocar, sentí en mis manos una fría y rasposa pared. Con cuidado y despacio, la comencé a recorrer completa, buscando algún interruptor o algo que me pudiera ayudar a encontrarlo.

Por fin lo vería, necesitaba encontrarlo.

___- ¿Adrián, me escuchas? Soy ____. -- volví a decir, está vez un poco más fuerte.

Otro gemido más fuerte y enérgico salió de su garganta justo antes de lograr sentir bajo mi mano el interruptor que buscaba, lo presioné y rápidamente me di la vuelta sintiendo mi cabeza vibrar por la presión que sentía.

____- Oh, no...

Corrí hasta Adrián que se encontraba sentado frente a la pared. Tenía varios moretones en el cuerpo, pero además de eso por suerte no parecía tener nada grave.

Su boca tenía una especie de mordaza amarrada alrededor de su cabeza y sus muñecas atadas a la espalda estaba igual de anudadas con una cuerda que sus tobillos. Cuando llegué hasta él, comencé con las pocas fuerzas que tenía a desatarlo.

Adrián intentaba ayudarme aunque no había mucho que pudiera hacer. Movía lentamente las manos y las piernas y se giraba cuando se lo pedía. Aunque gracias a eso logré liberarlo rápidamente.

Por su mirada, noté que ambos pensábamos en lo mismo, Manuel llegaría en cualquier momento y si me encontraba aquí, estaríamos perdidos los dos.

Ni un segundo pasó antes de que me rodeara con ambos brazos justo al instante en que la cuerda y mordaza cayeron. No dudé en corresponderle el abrazo, aunque me sentía mal por él. Podía percibir como su cuerpo temblaba levemente al igual que su voz cuando susurró mi nombre.

Aunque no estaba segura de que fuera verdad, al sentir su cálido abrazo sentí que por primera vez en mucho tiempo estaba feliz. Desde que Abraham y Tony me ayudaron a escapar del orfanato, no pude dejar de pensar en Adrián. Lo había abandonado, de nuevo. Esta vez no podía volver a hacerlo.

__- Adrián, estás aquí... estás bien. -- susurré aliviada.

Me sentía culpable porque él estuviera aquí, pero por lo menos podía volver a verlo, sabía que estaba bien. Mientras sonreía, mis ojos se humedecieron por la felicidad que sentía de verlo, pero ni una sola lágrima cayó. Me había prometido que ya no volvería a llorar mientras todo esto durara.

Siempre a tu lado {Abraham Mateo y ____} [MPE #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora