NARRA _____
Salgo corriendo hacia el baño más cercano que encuentro, sin detenerme a tomar aire antes. Entro rápidamente, aventando la puerta frente a mí, y justo cuando me detengo, mi cuerpo se desploma con fuerza al lado del lavamanos. Caigo al suelo rápidamente, quedando de rodillas frente al espejo de cuerpo completo que está en la pared.
Me abrazo a mí misma y lloro descontroladamente cuando comienzo a sentir bajo las palmas de mis manos, mi fría piel temblar. Me quedo así, triste y asustada por unos minutos más y aprieto los párpados para tratar de detener las grandes lágrimas que no dejan de caer.
Me siento tan confundida y asustada que aunque lo intente, no puedo pensar en nada con claridad. Su dura y amenazante voz aún sigue atrapada en mi cabeza, pero justo ahora es lo único que logro escuchar. La dulce y tranquilizadora voz de Abraham cantando ya no está de fondo.
Después de unos cuantos minutos más, me levanto lentamente del suelo y me lavo la cara, intentando disimular cada señal de que estuve llorando. Tomo aire profundamente y me seco la cara despacio, intentando que mi rostro no quede más rojo de lo que ya está.
Camino lentamente hacia la puerta de salida, aún con todo mi cuerpo temblando y cuando estoy a punto de abrirla, se abre sola, dejando ver frente a mí la cara preocupada de Susana.
Susana- aquí estabas -- susurra aliviada mientras se abalanza rápidamente hacia mí.
Susana me rodea con ambos brazos sin darme tiempo a contestar y siento en mi cuello su respiración que poco a poco se fue haciendo más lenta.
No sé si fue porque yo también estaba preocupada por ella, el saber que Susana sí estaba bien y a salvo o que por fin estoy con ella, pudo ser el miedo, el sentirme segura junto a ella o simplemente el saber que ya no estaba sola, pero justamente al segundo de sentir su aroma cubriéndome y sus suaves brazos a mí alrededor, le correspondí el abrazo.
Cuando lo hice, sentí que Susana se sobresaltaba por la rapidez de mi respuesta. La oí susurrar mi nombre, confundida, y no pude contenerme más.
Intenté soportar lo más que podía, sabía que era por mi bien y por el de los que me rodean, por Adrián y por las otras dos personas, lo sabía perfectamente, pero no pude soportarlo más y comencé a llorar en sus brazos.
Susana me escuchó y lentamente fue separándose de mí. Me soltó finalmente y se separó a una corta distancia de mí, lo suficiente como para mirarme preocupada y algo asustada al rostro.
Cerré los ojos, ahogando cada lágrima que se esmeraba en salir, y una tierna y cálida caricia se alojó sin previo aviso sobre mi mejilla. Susana me acariaba preocupada la mejilla con su mano y repetía mi nombre esperando a que la mirara, pero no tenía el valor suficiente para hacerlo ¿qué le diría cuando lo hiciera?
Susana- ¿Qué tienes? -- preguntó, con más dulzura y suavidad que siempre. Su tono de voz me hizo mirarla, pero no pude contestar, las palabras las tenía atoradas en la garganta, por el miedo y la angustia.
Negué con la cabeza, incapaz de articular ni una sola palabra y sentí un enorme alivio cuando, en lugar de enojarse o gritarme, sólo me sonrío para tranquilizarme. Aunque en sus ojos se reflejara claramente el miedo que sentía.
Susana- ¿Quieres hablar de algo conmigo? -- la miré a los ojos y volví a negar, apenada por la preocupación que sabía que le estaba causando. Suspiré e inhalé profundamente, dejando de llorar por fin.
Ella asintió comprensiva y quise agradecérselo cuando de momento sentí sus cálidos brazos rodearme los hombros y llevarme con mucho cuidado hacia el salón de fiestas, que era en donde sabía que estaban los chicos.
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Siempre a tu lado {Abraham Mateo y ____} [MPE #2]
RomansaAbraham- no te vayas ___, por favor... yo... te necesito. -- suplicó, sus ojos me mataban, parecía que estaba a punto de llorar y eso me destrozaba aún más. ___- tengo que irme Abraham, es lo mejor. -- susurré convencida. Abraham- pero no podría s...