capítulo 15;

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Mi mano se entumece ante el drástico movimiento que realizo tratando de alcanzar mi móvil.   

*¿Estamos a miércoles?*

La frase "jueves 7 de mayo" brilla en mi pantalla, haciéndome sentir mas confundida que antes. Pronto, el despertador empieza a emitir un estridente ruido que me obliga a levantarme y apagarlo con poca delicadeza.

Generalmente no lo hago, pero esta vez, a mitad de mi habitual marcha al cuarto de aseo, algo me incita a parar de golpe y mirarme al espejo que tengo justamente frente a mi.

Como de costumbre, tengo un aspecto de lo más descuidado, lo que hace que una risa desganada escape de mis labios.                                                                 Al comenzar a apartarme la maraña de nudos que tengo por cabello, una marca morada sobresale de una de las aristas de mi cuello. Llena de horror, me acerco para tener una mejor visión de aquel manchurrón en mi piel. Al parecer la marca de Isaac ha comenzado a dejar un demasiado notable rastro.

Temiéndome lo peor, ya que justo recuerdo que Jon sabe que pase la tarde-noche fuera, me precipito hasta el baño y busco con torpeza entre todas mis brochas de maquillaje y barras de labios, hasta finalmente dar con un corrector.

Aún después de decenas capas del producto color carne, la marca continua ahí. Absorbiendo el maquillaje como si quisiera darme un mal comienzo de día.                                                                     Finalmente decido echarme algo de crema con color tanto en la cara como en esa zona en concreto, ya que cantaría demasiado y Jon es demasiado inteligente. Aplico algo de marcara de pestañas y unos polvos para después enfundarme en mis vaqueros negros favoritos, una camiseta de un curioso material blanco, y mi chaqueta de cuero.

Bajo al salón, desde el cual se empieza a oler el suave aroma a café y nata. Para cuando llego a la isla de la cocina, Jon ha retirado una mesa junto a él.                                                                       Le doy mi mejor sonrisa de agradecimiento por el delicioso café, pero para evitar ser el centro de su atención, pongo M.O.N.E.Y de The 1975 en el reproductor de encima de la encimera.

Meto una cucharada de cereales en mi boca mientras pongo cara de pocos amigos y trato de cubrir mi cuello con unos mechones de pelo disimuladamente.

- ¿Qué tal has dormido? - decide romper el silencio.

- He tenido mejores sueños - admito.

- ¿Y eso? - se inclina hacia a mí, y aún en su sitio, deposita un rapido beso en la base de mi cabeza agachada. - ¿pesadillas?

Jon sabe que cuando yo era pequeña, sufria de terrores nocturnos.

- Uhm, sí. Algo así... también es el instituto, ya sabes - hago un gesto con mi mano señalándome dramáticamente - me estreso mucho, son muchas asignaturas.

Él agarra una galleta y la hunde en el tarro de mermelada.

- Si necesitas ayuda, sabes que puedes pedirmela, ¿verdad que sí? - su mano recorre la longitud de mi brazo en una suave caricia.

Con el pulso disparado, por temor a que intentase apartar el pelo de mi cuello, trato de acabar mis cereales sin mediar muchas más palabras.

- ¿Quieres que te lleve? - ofrece señalando con su pulgar la dirección hacia el instituto.

- No hace falta, hoy caminaré - sentencio agarrando mis cosas con prisa.

No le estoy mirando directamente, pero por el tono de su "está bien" final en un murmuro, sé que no lo está.
Probablemente mi comportamiento esté resultando algo sospechoso para él.

-7 [Isaac Lahey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora