Un segundo.
Esa ínfima porción de tiempo que puede cambiarte la vida para el mejor o el peor de los modos.
El tiempo justo que determina la explosión de un nuevo cúmulo de emociones o la perdida de una agrupación de las mismas.
Puede pasarse lento como cuando te quemas un dedo, o volando cuando algo resbala de tus manos y estalla contra el suelo haciéndolo añicos.Rápido como este mismo segundo en el que me quedo en blanco mirando la sonrisa de Isaac y sintiendo como esta me llena.
Lento como la vez en la que con tan solo ocho años descubrí a mi padre chutándose una raya de cocaína por el antebrazo.La vida se basa en buenos y memorables segundos.
No creo en la existencia de los malos, ya que quizás de todo se aprende algo.Isaac se acerca a mí y besa con dulzura mis labios.
- Te quiero - eso entraba en el ranking de los mejores 5 segundos de mi vida.
Sus manos, de baja temperatura, rozan mis dedos con suavidad.Le respondo con un fuerte abrazo, pero siento que esas mismas palabras pican en mi garganta.
- Yo también te quiero, Isaac - el principal de mis músculos se estremece con fuerza y parece querer detenerse.- Pensaba que no ibas a responderme - una risa seca y sin carga alguna de humor escapa de su garganta.
- ¿Por qué no iba a hacerlo? - me separo un instante de su cuerpo para poder mirarle directamente a esos ojos tan profundos como el mar que me habían mantenido en una nube de felicidad este último mes.
- Porque quizás estoy yendo demasiado deprisa -.
Me apremio a negar con la cabeza y acunar sus mejillas en las palmas de mis manos.
- Todo está bien, de verdad. Hace tan solo un mes, llamaría loco a cualquiera que me dijese que yo hoy estaría aquí. Empezando una nueva vida, con gente nueva, con.. - hago una pausa y bajo mi tono- contigo...
Acepto su gran sonrisa
* * *
Me despierto por los calambres en mi espalda y la sensación de pegajosidad en mi espalda.
Entonces descubro que me he quedado dormida encima de Isaac.Estamos en su cama y la verdad es que no recuerdo cómo llegamos hasta ahí.
*¿hicimos algo anoche? ¿por qué no puedo recordarlo?*
Todas esas estúpidas preguntas pasan a segundo plano cuando mi cerebro comienza a trabajar con normalidad y se da cuenta de que anoche no dormí en casa.
Con lo cual, si mi primo Jon no había emprendido ya mi busca por todo el condado, ya habría llamado a la policía.Me levanto de la cama de un salto, sin escrúpulos.
Al segundo me arrepiento, ya que Isaac se da un susto de muerte, pero cuando sus ojos encuentran los míos, parece ir juntando las piezas justo como yo lo he hecho.
- Yo te llevo - se ofrece levantándose. Trastabilla y se cae de espaldas en la cama.
No puedo evitar proferir en estruendosas risas, ante su mirada con un magnífico ceño fruncido.
- Creo que será mejor que me vaya ya - hago un lazo a mi segunda cordonera.
- De acuerdo - dice en un bostezo.
- Isaac... - se podría degustar la tensión en el aire - ¿anoche bebimos? O... ¿hicimos algo?
- ¿Qué? ¡Por supuesto que no! - parece algo ofendido - no haría nada que tu no quisieras.
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-7 [Isaac Lahey]
Romansaquizás cumplir los 17 fuera de tu hogar, en la casa de uno de tus primos al que no ves desde hace casi 7 años puede no ser la mejor manera de empezar de cero.