*24 horas exactas antes del examen de biología*
El irritante pitido de mi despertador me despierta abruptamente.
Mi cuerpo da una sacudida involuntaria. Últimamente era así como reaccionaba ante ruidos extraños.
Abro los ojos de golpe y un rayo de luz solar me ciega por unos segundos.
Refriego mis ojos con mi puño izquierdo hasta que costosamente mi pupila se acostumbra a tanta cantidad de luz.A mi lado, Jon llena de aire sus pulmones lenta y ruidosamente, lo que me indica que también se ha despertado.
- Perdona por despertarte así - me disculpo mientras alcanzo al maldito despertador y lo aporreo un par de veces en la parte superior hasta darle finalmente al botón de apagado.
- No te preocupes, tengo que despertarme siempre a esta hora para llegar justo al trabajo - su voz se me antoja muy ronca mientras se despereza a mi lado con lentitud.
Acaricio con mi mejilla el tejido de la almohada.
Su tacto tan suave me hace desear poder quedarme en cama por el resto del mes.- Voy a hacer café, ¿te apetece una taza? - Jon ya se ha levantado y ahora se dispone a estirarse como hace de costumbre.
- Necesitaré como 20 hoy - gruño desde debajo de las sábanas.
- Mi oferta del justificante sigue en pie - dice. Oigo como sus pasos se vuelven a acercar a la cama.
Tengo las mantas cubriéndome entera y a la almohada tapándome la cabeza.
Tan solo mi nariz y el labio superior quedaban fuera del alcance de las sábanas.Jon se pone en cuclillas delante de mí, al lado de la cama.
Me mira con una sonrisa torcida que parece decir "¿qué voy a hacer ahora contigo?" y la compasión se empieza a saborear en el aire.- Estando en otra situación te rebatiría eso, pero me temo que solo voy a darte las gracias - digo finalmente.
Mi primo profiere en una corta pero satisfecha risita.
- Prepararé ese café - con su índice golpetea con un toque y rápidamente mi arco de cupido.
Guiño mis ojos y resoplo cuando finalmente sale de mi habitación y me doy cuenta de que tengo que ducharme y empezar a estudiar.
Como prolongarlo no sería lo más sensato, salgo de mi cama de un salto, pero no puedo evitar detenerme unos instantes a observar que la cama ha quedado totalmente deshecha de la noche anterior.
*al final sí que se quedó a dormir aquí...* pienso mientras mi labio se tuerce en una mueca.
* * *
Unos trece minutos más tarde salgo del baño en el que me he dado una reconfortante ducha que llevaba necesitando días.
Me pongo unos pantalones de algodón y una camiseta blanca enorme para después cogerme el pelo en una desaliñada coleta y lamentarme al ver mi reflejo en el espejo del pasillo de arriba.
Sentirme tan despreocupada por mis espantosas ojeras y mi pelo me hace bufar por pura indiferencia.
Me resulta gracioso pensar que hace unos meses me habría parado a maquillarme o hasta a tratar de lucir decente.
Ahora simplemente era lo menos trascendental de mi día.- ¿Quieres tortitas? - pregunta la voz de Jon desde la cocina.
- Solo si tienes... - empiezo la frase mientras entro al trote a la cocina - tiempo... ¡vaya! ¿cómo demonios te ha dado tiempo a arreglarte tan rápido?
- ¿Con mermelada? - ignora mi pregunta y sigue en su tarea de sacar las tortitas de la tostadora.
- De arándanos, por favor - asiento con la cabeza mientras me siento a la mesa.
Él pronto me imita, y deja una taza de café delante de mí y mi plato de tortitas.
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-7 [Isaac Lahey]
Romancequizás cumplir los 17 fuera de tu hogar, en la casa de uno de tus primos al que no ves desde hace casi 7 años puede no ser la mejor manera de empezar de cero.