Decido sentarme como copiloto mientras que Scott conduce y Allison, Lydia y Stiles van en la parte trasera del coche.
Rápidamente Lydia inicia una vivaracha conversación en ma que no me fijo mucho con Allison.
Conversan alegremente entre ellas olvidando al pobre chico a la derecha.
Oigo a Stiles reírse incómodamente un par de veces tratando de hablar con Lydia.- Creo que ya lo he dicho, pero estás increíble - dice, ante una triste sonrisa por mi parte.
- Muchas gracias Scott - su amabilidad es un pro enorme.
Me rodeo a mí misma con mis brazos para aislarme un poco del frío.
Scott nota mi situación, y enciende con caballerosidad la calefacción.
- Oh, gracias - murmuro mirando a la tapicería negra del suelo.
Pasan unos instantes de total silencio entre nosotros mientras mensajeo a Jon de que pasare la noche en casa de Lydia.
Los tres de atrás siguen hablando animadamente... O al menos Stiles parece estar intentándolo.
- ¿Queda mucho? - pregunto mirando el paisaje por la ventana.
Las apagadas y desérticas calles de Beacon Hills se sustituyen por el centro del condado.Son ya cerca de las once de la noche; la gente se agolpa en las calles y la ciudad es cada vez más luminosa.
- No más de 5 minutos - responde mirándome fugazmente por el espejo retrovisor - ¿te encuentras bien?
- Sí, solo estoy un poco nerviosa - admito jugando con mis dedos sobre mi regazo.
- ¿Esa primera vez que sales? - noto sorpresa en su tono.
- Desde... bueno lo de la casa de Lydia. - aclaro.
Trato de contar a cuantas fiestas asistí en Italia el pasado verano.
- Entiendo... - murmura Scott entrando finalmente en el parking de "The Wrong Door".
* * *
Los hilos de luz bailan en un amplio local de aire saturado y mucha concentración de gente.
Aún no ha pasado un cuarto de hora desde que dieron las doce ya barra está casi a reventar de gente demandando bebida.
Veo a mucha gente en la pista de baile y a otra tanta en lo que según Lydia me había comentado "las hamacas".
Compartimentos con asientos de mimbre, mucha bebida alcohólica y cubiteras.
- Vamos, Maya - los largos dedos de Stiles tocan mi espalda - la noche es joven.
Por primera vez desde esta tarde, siento unas tremendas ganas de pasarlo bien.
*tengo 17 años... ¡soy joven, joder! ya es hora de algo de diversión".
- ¿Una primera ronda de chupitos? - sugiero gritando en su oído por la alta música.
- ¿Tequila? - sus ojos me dicen que ya saben la respuesta a su pregunta - invito yo.
Le sonrío con picardía mientras tomo su mano y él lucha por abrirnos paso hasta la barra.
Al llegar, me encuentro con 5 personas detrás de una churretosa superficie de basta madera.
Stiles le grita un par de cosas a un chico que se ofrece a atendernos, y pasado un rato, vuelve y trae con él la botella de tequila, dos mitades de un mismo limón y una sustancia anaranjada.
- ¿Para qué demonios es el zumo ese? - no puedo evitar mofarme.
- Es para el quemazón de la... - comienza a explicarme Stiles como si realmente creyese que no sabía de qué se trataba aquel líquido.
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-7 [Isaac Lahey]
Romancequizás cumplir los 17 fuera de tu hogar, en la casa de uno de tus primos al que no ves desde hace casi 7 años puede no ser la mejor manera de empezar de cero.